Sarah Ferguson: La Reina Isabel Habla a Través de sus Corgis

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La Duquesa de York revela una conmovedora afirmación: cree que la difunta Reina Isabel II se comunica con ella a través de sus queridos corgis, Muick y Sandy. Descubre la historia completa y la profunda conexión entre la realeza, los perros y la memoria.

Tras la muerte de la Reina Isabel II en septiembre de 2022, Sarah Ferguson, Duquesa de York, y su exmarido, el Príncipe Andrés, heredaron a los corgis reales, Muick y Sandy. Pero esta no es una historia común de herencia canina. Ferguson ha compartido una revelación conmovedora y profundamente personal: cree que la Reina se comunica con ella a través de los ladridos de sus perros. Durante una conferencia en el Creative Women Platform Forum en Londres, la Duquesa declaró: "Tengo sus perros, sus corgis. Todas las mañanas entran y hacen 'guau, guau' y todo eso, y estoy segura de que es ella hablándome. Estoy segura de que es ella, recordándome que todavía está cerca". Esta no es la primera vez que Ferguson habla de la profunda conexión entre los corgis y la Reina. En 2023, comentó que Muick estuvo de luto por la muerte de la Reina durante un largo periodo, necesitando aproximadamente un año para superar la pérdida. La afirmación de Ferguson ha generado un gran interés y debate. Para algunos, es una expresión conmovedora del vínculo especial entre la Duquesa y la difunta Reina, una forma de mantener viva la memoria y la presencia de Isabel II. Para otros, puede parecer una interpretación sentimental, aunque comprensible, dada la profunda tristeza por la pérdida de un ser querido. Sin embargo, la historia trasciende el debate. Refleja la cercana relación que la Reina tenía con sus corgis, una relación que duró más de 70 años y que incluyó a más de 30 perros. Cada uno de ellos era un miembro querido de la familia real, ocupando un lugar especial en el corazón de la Reina. El cuidado que Ferguson les brinda a Muick y Sandy no es solo el cuidado de dos mascotas, sino el cuidado de un legado, el cuidado de una parte tangible de la memoria de Isabel II. La historia de Sarah Ferguson y los corgis reales es un recordatorio del poder duradero del amor y la pérdida, y la forma en que las personas encuentran consuelo y conexión en los lugares más inesperados. Es una historia que continúa alimentando la fascinación pública por la familia real británica y sus conexiones más íntimas.
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