La historia real de dos agentes rusos que construyeron una vida aparentemente normal en Buenos Aires, criando hijos y manteniendo una fachada impecable, hasta que su engaño fue descubierto. Una historia de intriga, espionaje y sorprendentes revelaciones.
Durante más de una década, dos agentes del Servicio de Inteligencia en el Exterior (SVR) ruso, Artyom Viktorovich Dultsev (Ludwig Gisch) y Anna Valerievna Iudina (María Rosa Mayer Muños), vivieron en Buenos Aires, Argentina, tejiendo una intrincada red de engaños para llevar a cabo sus actividades de espionaje. Bajo identidades falsas, crearon una vida aparentemente perfecta: un matrimonio estable, dos hijos nacidos en Argentina, una pequeña empresa informática (DSM&IT, fachada para sus operaciones), y una participación activa en la comunidad. Pagaban sus impuestos, mantenían un perfil bajo, evitando cualquier señal que pudiera revelar su verdadera identidad. Incluso participaron en eventos públicos, como las elecciones nacionales, votando sin despertar sospechas.
Su fachada era tan convincente que nadie sospechó nada durante años. Pero la meticulosa construcción de su leyenda se basó en mentiras: sus documentos eran falsos, sus clientes inexistentes, y las antenas instaladas en sus propiedades servían para la recolección de inteligencia. Sus objetivos de espionaje incluían personas claves en el sector energético (Vaca Muerta) y mujeres con vínculos con estadounidenses, con el objetivo de acceder a información sensible.
El desenmascaramiento comenzó en 2012 con la llegada de María Rosa Mayer Muños a Argentina, seguida por una década de operaciones encubiertas. En 2017, la pareja se mudó a Eslovenia, manteniendo su conexión con Argentina a través de visitas regulares para renovar documentos y participar en actividades cotidianas. Su aparente vida normal era una estrategia para evitar cualquier sospecha.
La red de mentiras se derrumbó a fines de 2022 cuando fueron capturados por tropas especiales en Eslovenia. Durante meses, negaron su verdadera identidad, aferrándose a la historia inventada que habían construido con tanto cuidado. Sin embargo, finalmente fueron reconocidos y, tras un largo proceso, protagonizaron en 2024 el mayor intercambio de prisioneros y espías desde el final de la Guerra Fría, siendo recibidos como héroes en Moscú por Vladimir Putin. Este evento expuso la magnitud de su operación de espionaje y la efectividad de sus tácticas para mantener una fachada perfecta durante tanto tiempo.
La historia de los espías rusos en Argentina es un ejemplo impactante de la capacidad humana para la manipulación, la planificación, y la construcción de una realidad ficticia. La historia real, basada en investigaciones periodísticas exhaustivas, revela la complejidad del espionaje moderno y el ingenio detrás de las operaciones encubiertas, resaltando la importancia de la vigilancia y la investigación en la protección de la seguridad nacional.