Análisis de la secuela de 'El Contador', protagonizada por Ben Affleck y Jon Bernthal. Una película de acción que explora temas sensibles, pero que se queda corta en su desarrollo de personajes y trama.
Las películas de acción clásicas de los 80 se basaban en pilares sólidos: estrellas protagonistas, una trama ingeniosa y escenas de acción vertiginosas. 'El Contador' (2016) recuperó ese espíritu, logrando un éxito inesperado. Casi una década después, llega su secuela, dirigida por Gavin O’Connor y protagonizada nuevamente por Ben Affleck, junto a Jon Bernthal.
Esta continuación sigue a Chris Wolff (Affleck), un contador neurodivergente que se ve envuelto en un nuevo enfrentamiento, esta vez junto a su hermano Braxton (Bernthal). El disparador es la desaparición de una familia en Ciudad Juárez, México, lo que los lleva a enfrentarse a sicarios y proxenetas en un telón de fondo de crimen y brutalidad. La nueva líder de la comisión del Tesoro, Maybeth Medina (Cynthia Addai-Robinson), también se une a la investigación.
La película inicia con una escena de acción impactante que promete un ritmo ágil. Sin embargo, a medida que avanza la trama, el ritmo disminuye. Las escenas de acción pierden la planificación precisa de la escena inicial, y el desarrollo de la intriga se vuelve engorroso, con largas escenas de exposición que ralentizan la narrativa. El mayor problema reside en la falta de antagonistas convincentes. Los villanos resultan anodinos y carecen de profundidad, convirtiendo el tema del tráfico de personas en un mero telón de fondo sin impacto emocional real.
La química entre Affleck y Bernthal es innegable, ofreciendo momentos de humor y dinamismo que salvan la película de ser completamente olvidable. El carisma de los actores, especialmente Bernthal, compensa en parte las deficiencias del guion. Sin embargo, la falta de desarrollo de los personajes antagonistas y la superficialidad del tratamiento del tema central debilitan significativamente la experiencia cinematográfica. El final, un enfrentamiento predecible con un despliegue visual sin brillo, concluye una secuela que no logra igualar el éxito de su predecesora, quedando como una oportunidad perdida para explorar un tema sensible de manera más profunda y significativa. En resumen, 'El Contador 2' ofrece acción, pero falla en desarrollar una historia convincente y personajes memorables.