Tomás Etcheverry superó a Corentin Moutet en un partido memorable en el Masters 1000 de Montecarlo. El francés ofreció un espectáculo con un saque de abajo y la posterior destrucción y regalo de su raqueta al público, mientras que Etcheverry demostró su garra para remontar la victoria tras una derrota en el primer set.
El Masters 1000 de Montecarlo fue escenario de un partido inolvidable protagonizado por el argentino Tomás Etcheverry y el francés Corentin Moutet. La victoria de Etcheverry, por 4-6, 6-1 y 6-4, no solo significó su avance en el torneo, sino que también representó una muestra de resiliencia y fortaleza mental. El partido, disputado en el court Elizabeth-Ann de Massy, estuvo marcado por la peculiar actuación de Moutet, quien sorprendió al público y a su rival con un saque de abajo, una jugada poco frecuente en el tenis profesional, aunque permitida por el reglamento. Este arriesgado movimiento, que causó la euforia del público con cánticos de "¡Moutet, Moutet, Moutet!", no fue suficiente para impedir la remontada del argentino.
Tras perder el primer set, Etcheverry ajustó su estrategia, mostrando una mayor agresividad y precisión en sus golpes. El segundo set fue un claro dominio del argentino, ganándolo con un contundente 6-1. El tercer set fue una batalla de titanes, con ambos tenistas defendiendo sus servicios con firmeza. Sin embargo, un quiebre crucial a favor de Etcheverry en un momento clave del partido definió el encuentro.
Pero la controversia no terminó ahí. En medio de la tensión del tercer set, con un marcador de 3-2 a favor de Etcheverry, Moutet, frustrado por un punto perdido, decidió romper su raqueta contra su rodilla. En un giro inesperado, lejos de arrojarla al suelo como la mayoría de los jugadores, Moutet decidió regalársela a un espectador, quien atesoró el recuerdo como un souvenir único de la partida. Este gesto inusual solo añadió más condimentos a un encuentro ya de por sí memorable.
El triunfo de Etcheverry cobra mayor relevancia considerando sus recientes derrotas en primera ronda y su caída en los cuartos de final del Challenger de Cap Cana. Este resultado significa un importante respiro para el argentino, quien necesitaba esta victoria para recuperar la confianza y el impulso. En contraste, Moutet llegaba con el desgaste de dos partidos extenuantes en la clasificación. La victoria de Etcheverry no solo fue una prueba de su talento, sino también de su capacidad para sobreponerse a la adversidad y encontrar su mejor juego en momentos cruciales.
Mientras tanto, Sebastián Báez sufrió una derrota ante Tomas Machac, lo que marcó una de cal y una de arena para la representación argentina en Montecarlo. A pesar de la caída de Báez, Etcheverry sigue con vida en el torneo y se enfrenta a Alejandro Davidovich Fokina en la próxima ronda. La jornada también dejó la sorpresiva eliminación del número 2 del mundo, Alexander Zverev, a manos de Matteo Berrettini.