El mundo del espectáculo argentino se encuentra conmocionado tras la filtración del contrato que firmaron Luciana Salazar y Martín Redrado en junio de 2022, ante escribano público. El documento, revelado en el programa Viviana en vivo, detalla los compromisos económicos de Redrado para con su hija Matilda, a pesar de que la pareja se separó en 2018.

Según la periodista Débora D’Amato, el contrato establece que Redrado se hace cargo de los gastos de educación y alimentos de Matilda hasta que cumpla 16 años, un plazo de 16 años desde la firma del contrato debido a la corta edad de la niña en ese momento. Para garantizar el cumplimiento del acuerdo, Redrado ofrece como garantía el 99% de las acciones de la Sociedad Sinclair 3088, S.A.

La exhibición del contrato en televisión generó un nuevo capítulo en la ya larga disputa entre Salazar y Redrado. El economista habría intentado desestimar la autenticidad de su firma en reiteradas ocasiones, recibiendo varias citaciones judiciales a las que no asistió debido a compromisos de viaje. D’Amato aclaró que el contrato incluye otros acuerdos previamente cumplidos por Redrado, aunque no especificó cuáles.

Reacciones y Contexto:

La filtración del contrato ha generado una ola de reacciones en las redes sociales y en los medios. Mientras algunos critican la exposición pública de un acuerdo privado, otros apoyan a Salazar y celebran la transparencia. El conflicto se enmarca en una serie de reclamos públicos y acciones legales que Salazar ha emprendido contra Redrado a lo largo de los años, relacionados principalmente con la manutención y el bienestar de su hija.

La situación ha trascendido el ámbito meramente económico y se ha convertido en un debate sobre la responsabilidad parental y la protección de los hijos en el contexto de separaciones mediáticas. La opinión pública se divide entre quienes ven a Salazar como una madre protectora que busca garantizar el futuro de su hija, y aquellos que consideran que la disputa pública es perjudicial para Matilda.

Apoyo de Flavio Mendoza:

Flavio Mendoza, amigo cercano de Luciana Salazar, salió en defensa de la modelo, insinuando que las razones detrás de su lucha van más allá de lo económico. En declaraciones a El Observador, Mendoza cuestionó las motivaciones de quienes critican a Salazar, sugiriendo que la situación es más compleja de lo que parece y que hay un trasfondo personal que justifica su postura. Su testimonio sugiere un apoyo incondicional a Salazar y a su decisión de proteger a su hija.

Conclusión:

La filtración del contrato entre Luciana Salazar y Martín Redrado ha abierto una nueva ventana a la compleja y larga batalla legal y personal entre ambos. Si bien el documento arroja luz sobre los acuerdos económicos para la manutención de Matilda, el conflicto genera preguntas sobre la privacidad, la responsabilidad parental y el impacto mediático en las familias. La batalla judicial, lejos de terminar, parece estar lejos de su resolución final.