El grupo mediático español Prisa, propietario de El País, anuncia una ampliación de capital de 40 millones de euros en medio de una intensa batalla por su control entre su principal accionista, Joseph Oughourlian, y un grupo de accionistas españoles con presuntos vínculos con el gobierno.
En un movimiento que ha generado gran controversia, Prisa, el conglomerado mediático español dueño del influyente diario El País, ha anunciado una ampliación de capital por valor de 40 millones de euros. Esta decisión llega en medio de una pugna por el control del grupo entre su principal accionista, el financiero francés Joseph Oughourlian, a través de su fondo Amber Capital, y un bloque de accionistas españoles que, según informaciones periodísticas, gozan del apoyo tácito del gobierno socialista de Pedro Sánchez.
La ampliación de capital, calificada como "acelerada" por la propia Prisa, se presenta como una medida para reducir su deuda y desbloquear una refinanciación con sus acreedores. Sin embargo, las circunstancias que rodean esta decisión, y las particulares condiciones impuestas, han alimentado las sospechas de una maniobra estratégica para consolidar el poder de Oughourlian y diluir la influencia de sus rivales. La emisión de nuevas acciones, sin derecho de suscripción preferente para los accionistas actuales, dificulta significativamente la participación de estos últimos en la ampliación, facilitando así una mayor concentración de acciones en manos de Oughourlian.
El semanario francés Le Point fue el primero en alertar sobre las posibles presiones políticas en el accionariado de Prisa. Según el medio, se habrían celebrado reuniones entre representantes del gobierno español, incluyendo al ministro para la Transformación Digital, Oscar López, y el director del grupo Telefónica, con Arnaud de Puyfontaine, presidente de Vivendi (accionista de Prisa con más del 11%). El objetivo, según Le Point, sería presionar a Vivendi para que venda sus acciones y así facilitar un cambio en la dirección de Prisa, con la implícita meta de asegurar una línea editorial favorable al gobierno socialista. Estas acusaciones han sido negadas por López, pero Oughourlian publicó una contundente tribuna en El País refutando las presuntas injerencias políticas.
La batalla por el control de Prisa trasciende la simple lucha por el poder corporativo. Está en juego la independencia editorial de El País, uno de los diarios más importantes de España, y se suscitan preocupaciones sobre la posibilidad de influencia política en un medio de comunicación de tan alto perfil. La rápida ejecución de la ampliación de capital, con un plazo de suscripción extremadamente corto, refuerza las sospechas de que Oughourlian busca una victoria rápida y decisiva. La oposición política española ha cuestionado la falta de transparencia y el posible uso de tácticas opacas para manipular el accionariado de Prisa. La situación continuará desarrollándose, y las consecuencias para el panorama mediático español y la independencia de El País podrían ser significativas.
La estrategia de Oughourlian ha sido calificada como agresiva y ha generado fuertes reacciones entre los accionistas minoritarios españoles. Se espera que en las próximas semanas se clarifique el futuro del grupo y se resuelvan las tensiones que amenazan su independencia.