La reconocida esteticista Sandra Dillon, íntima amiga de Luciana Salazar y referente en el mundo del espectáculo argentino, falleció tras una larga lucha contra el cáncer. Su legado de amistad, profesionalismo y fuerza inspira a miles.
La noticia del fallecimiento de Sandra Dillon, la prestigiosa esteticista que durante décadas atendió a las figuras más relevantes del espectáculo argentino, conmocionó al país. Su muerte, tras una larga batalla contra el cáncer, dejó un vacío irreparable en el corazón de sus seres queridos y en la industria del entretenimiento. Conocida por su profesionalismo, su calidez y su incomparable sentido del humor, Dillon se convirtió en una figura emblemática, no solo por su exitosa carrera, sino también por las profundas amistades que cultivó a lo largo de su vida.
Su relación con Luciana Salazar, una de las más cercanas a Dillon, trascendió la de cliente y esteticista. La modelo y actriz despidió a su amiga con un sentido mensaje en redes sociales, expresando el dolor profundo que la embarga ante esta irreparable pérdida. "Mi corazón se desangra de dolor. Esa noticia que esperaba que nunca suceda", escribió Luciana, reflejando la cercanía y el afecto que compartían.
Pero la huella de Sandra Dillon no se limita a su amistad con Salazar. Un sinfín de celebridades del mundo del espectáculo argentino la recordaron con cariño y respeto. Nazarena Vélez, Majo Martino, Karina Jelinek, Gladys Florimonte, y muchas otras, compartieron emotivos mensajes en redes sociales, destacando su alegría, su bondad y su fortaleza ante la adversidad.
Desde sus comienzos en la década de 1990, con su propio consultorio en Belgrano, Sandra Dillon se convirtió en una pionera en el rubro de la estética no invasiva. Su profesionalismo y su capacidad para conectar con sus clientas la llevaron a convertirse en una figura clave en el mundo del espectáculo. Bailarines, actores, modelos y presentadores de televisión confiaron en su experiencia y su buen gusto para realzar su belleza.
Su trayectoria profesional no estuvo exenta de momentos difíciles. En 2014, su hija Ornella sufrió un grave accidente en el centro de estética que compartían madre e hija, un episodio que conmocionó a la opinión pública. Ornella, quien cayó desde una medianera, superó el hecho gracias a la fuerza de voluntad y al apoyo incondicional de su madre. Este evento solo reforzó el vínculo entre ellas y demostró la fortaleza y el amor inquebrantable que compartían.
La muerte de Sandra Dillon no solo representa una pérdida para sus amigos y familiares, sino también para la industria del entretenimiento. Su legado de profesionalismo, su dedicación a su trabajo y, sobre todo, su gran corazón y su generosidad, la inmortalizan en la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla. Su ausencia dejará un vacío difícil de llenar, pero su memoria vivirá para siempre en cada sonrisa y en cada recuerdo que sus seres queridos atesoran.