El lanzamiento del cohete Starship de SpaceX, aunque terminó en un fallo catastrófico, dejó un espectáculo visual inolvidable. Ocho minutos después del despegue desde Boca Chica, Texas, el cohete se desintegró en pleno vuelo, ofreciendo imágenes impresionantes a quienes pudieron observar el evento desde la Tierra. El ascenso inicial fue un éxito, con los 33 motores Raptor del propulsor Super Heavy generando un imponente chorro de llamas. La nave alcanzó una altitud de 146 kilómetros y una velocidad de 21.317 kilómetros por hora antes de que comenzaran los problemas. La pérdida de contacto con la etapa superior marcó el inicio de la desintegración, un evento que fue registrado por múltiples cámaras en tierra y a bordo del propio cohete. Imágenes espectaculares muestran cómo el Starship se fragmentó, dejando tras de sí una lluvia de bolas de fuego naranjas y estelas de humo que iluminaron el cielo. Videos verificados muestran restos en caída libre sobre áreas como las Islas Turcas y Caicos. El fenómeno fue particularmente visible desde lugares como Puerto Príncipe, Haití, donde los testigos describieron la parábola de los escombros en llamas como arcos brillantes sobre el horizonte. Las transmisiones en vivo de SpaceX mostraron cómo los motores del Super Heavy se apagaron gradualmente, con gráficos que ilustraron la falla progresiva de cada uno. Las imágenes a bordo ofrecieron una perspectiva única de los intentos de maniobras de corrección antes del fallo total. SpaceX describió el incidente como un "desmontaje rápido no programado", un eufemismo para referirse a una explosión o fallo catastrófico, apuntando a una posible falla progresiva de los motores como causa principal. Las consecuencias del evento trascendieron lo visual. La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) reportó retrasos en el tráfico aéreo en Miami y Fort Lauderdale debido a la caída de escombros en el Golfo de México, desviando decenas de vuelos. Elon Musk, en X (antes Twitter), enfatizó el valor de los errores en este tipo de pruebas, señalando que el éxito radica en el aprendizaje obtenido. Sugirió una posible fuga de combustible como factor contribuyente. A pesar del fracaso, SpaceX continúa con su programa de pruebas para mejorar la fiabilidad de Starship. La empresa ya está trabajando en mejoras, incluyendo sistemas de aviónica rediseñados y combustibles más eficientes. El estallido del Starship, aunque un contratiempo, representa un paso crucial en el desarrollo de esta ambiciosa tecnología espacial.