La Organización Miss Universo tomó la drástica decisión de destituir a Magalí Benejam, representante de Argentina, tras una serie de comentarios realizados durante una entrevista con el youtuber King Lucho. Este escándalo ha desatado un intenso debate sobre las políticas de inclusión del certamen y la libertad de expresión de las concursantes. Benejam, quien obtuvo el puesto 12 en la competencia celebrada en México, criticó abiertamente aspectos del concurso, incluyendo la selección de algunas finalistas. Según sus declaraciones, consideraba que la inclusión forzada, la adaptación de las reglas para ser políticamente correctas, había afectado la justicia del certamen. Acusó a la organización de manipular el resultado, sugiriendo que el Top 5 no reflejaba la decisión real del jurado. Además, hizo comentarios sobre el vestuario de otras participantes y su supuesta falta de influencia en las decisiones de vestuario de la organización. La Organización Miss Universo respondió con un comunicado oficial, afirmando que la decisión de destituir a Benejam se basa en sus principios fundamentales, centrados en la celebración de la diversidad, la promoción de la inclusión y el respeto a todas las personas. Señalaron que las palabras y acciones de sus representantes deben reflejar estos principios. La organización enfatizó su compromiso con los más altos estándares de conducta y su objetivo de proteger la integridad del certamen. Las declaraciones de Benejam generaron una ola de reacciones, dividiendo a la opinión pública. Mientras algunos la apoyan por su honestidad y por expresar su punto de vista, otros critican sus comentarios por ser inapropiados y contrarios a los valores que promueve Miss Universo. El debate se centra en la línea divisoria entre la libertad de expresión y el respeto a las políticas de inclusión de la organización, y el impacto que estas políticas tienen en la transparencia y la equidad del concurso. Este incidente pone en el foco la complejidad de implementar políticas de inclusión en eventos de gran escala. ¿Se debe priorizar la representación de la diversidad sobre los méritos individuales? ¿Existe una forma de garantizar la equidad sin silenciar las voces críticas? Estas son algunas de las preguntas que surgen tras la destitución de Magalí Benejam, un caso que sin duda marcará un antes y un después en la historia de Miss Universo.