Un Papiro Antiguo Desvela la Infancia de Jesús
El mundo de la investigación bíblica se ha conmocionado con el hallazgo de un papiro excepcionalmente antiguo que arroja luz sobre los años de infancia de Jesús, un período prácticamente desconocido en los Evangelios canónicos. Gabriel Nocchi Macedo, investigador brasileño de la Universidad de Lieja, y Lajos Berkes, de la Universidad de Berlín, han desenterrado este tesoro oculto en la Universidad de Hamburgo, un fragmento de papiro que data de entre los siglos IV y V d.C.
La historia de este descubrimiento comienza con una tarde de verano. Mientras revisaban imágenes digitalizadas de documentos antiguos, los investigadores se toparon con un papiro que, en un primer vistazo, parecía contener una mención a “Jesús”. La secuencia de tres letras griegas antiguas les dio la pista. Tras descifrar una parte del texto y cotejarlo con una base de datos de literatura griega antigua, identificaron el fragmento como una copia del Evangelio de Tomás sobre la Infancia de Jesús, un texto apócrifo que narra episodios de la vida de Jesús entre los 5 y los 12 años.
Este papiro se convierte en el manuscrito más antiguo conocido de este relato apócrifo, superando en antigüedad a los documentos previamente conocidos, que datan del siglo XI. Su escritura, torpe e irregular, sugiere que podría haber sido elaborada por un monje en formación, más que por un copista profesional. La datación se basa en el estilo paleográfico, la forma de la escritura, ya que se desconoce el contexto arqueológico del hallazgo.
El fragmento, de 11x5 centímetros y 13 líneas de texto, describe el primer milagro de Jesús niño, relatando cómo, jugando un sábado, hizo doce pajaritos de arcilla, los animó y los hizo volar. Este episodio entra en conflicto con la ley judía del sábado, generando un diálogo entre Jesús y su padre José. El texto, traducido por el profesor Frederico Lourenço de la Universidad de Coimbra, ofrece una visión única e inesperada de la infancia de Jesús, más humana y menos idealizada que la imagen tradicional.
El descubrimiento también tiene implicaciones teológicas y lingüísticas significativas. Mientras algunos creían que el Evangelio de Tomás sobre la Infancia de Jesús fue escrito originalmente en siríaco, este hallazgo refuerza la hipótesis de que su primera versión fue en griego antiguo, la lengua franca de la intelectualidad mediterránea de la época. El texto, según los expertos, responde a una necesidad tardía de llenar el vacío biográfico existente en los Evangelios canónicos, reflejando las diversas corrientes teológicas que coexistían en el cristianismo primitivo.
La repercusión del descubrimiento es inmensa. Expertos como André Leonardo Chevitarese, profesor de la UFRJ, destacan la importancia de rebajar significativamente la datación del evangelio y confirmar su origen griego. Gerson Leite de Moraes, de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, lo considera un intento de llenar el vacío de información biográfica sobre Jesús, un documento significativo que corrobora una tradición de elementos teológicos, filosóficos, históricos y sociológicos del cristianismo naciente.
Este fascinante hallazgo nos invita a repensar nuestra comprensión de la infancia de Jesús y a apreciar la riqueza y complejidad de la historia temprana del cristianismo. El papiro descubierto no sólo proporciona valiosos datos históricos, sino que abre nuevas vías de investigación y debate sobre la vida y obra de Jesús.