El despido de Marcelo Longobardi: ¿censura política o incumplimiento contractual?

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La sorpresiva salida de Marcelo Longobardi de Radio Rivadavia genera un fuerte debate. Mientras la emisora alega falta de presencialidad, el periodista denuncia presiones políticas del gobierno de Javier Milei y una supuesta negociación para silenciar voces críticas.

La inesperada desvinculación de Marcelo Longobardi de Radio Rivadavia ha generado una ola de especulaciones y controversias en el ámbito periodístico argentino. Mientras la emisora argumenta que la decisión se basó en la falta de presencialidad del conductor y en cuestiones de audiencia, Longobardi afirma que se trata de una maniobra política orquestada desde el gobierno de Javier Milei para silenciar sus críticas. La versión oficial, ofrecida por Jonatan Andreani, gerente de programación de Radio Rivadavia, se centra en el incumplimiento de la cláusula de presencialidad estipulada en el contrato. Andreani sostiene que la falta de presencia física de Longobardi en los estudios de la radio, sumado a un supuesto bajo rendimiento de audiencia, justificaron la decisión. Sin embargo, esta explicación ha sido duramente cuestionada por el propio Longobardi y por numerosos analistas. Longobardi, quien conducía el programa "Esta Mañana", refuta categóricamente la versión oficial. En una entrevista exclusiva con LA NACION, asegura que desde el inicio de su contrato era de público conocimiento su residencia en Estados Unidos durante una parte del año, y que contaba con la tecnología necesaria para realizar sus transmisiones en remoto con la misma calidad que desde el estudio. Añade que esta condición de presencialidad nunca figuró en su contrato. Además, el periodista destaca que su colega Nelson Castro realiza el mismo procedimiento sin ningún tipo de inconveniente. El periodista profundiza en su acusación, sugiriendo que su postura crítica hacia el gobierno de Javier Milei habría sido el verdadero motivo de su despido. Asegura que desde octubre pasado comenzó a percibir presiones, que se intensificaron en los últimos días, coincidiendo con la emisión de contenidos que generaron molestia en el poder ejecutivo. Menciona específicamente su difusión del discurso de Claudio Escribano en Adepa, su entrevista con Hugo Alconada Mon sobre el caso del director de la DGI, Andrés Vázquez, y la lectura de un artículo de Joaquín Morales Solá como ejemplos de temas que habría irritado al oficialismo. La disputa personal entre Longobardi y Milei agrega otra capa de complejidad a la situación. Longobardi denuncia ataques personales por parte del presidente, incluyendo insultos públicos a través de redes sociales. A pesar de compartir ciertas posturas económicas con Milei, Longobardi critica abiertamente sus rasgos autoritarios y la posibilidad de un deslizamiento hacia un régimen autocrático similar al de Bukele en El Salvador. Esta confrontación pública intensifica la sospecha de que la salida del periodista responde a una decisión política. El caso de Marcelo Longobardi suscita un debate sobre la libertad de expresión y la posible censura en los medios de comunicación en el contexto actual. La falta de transparencia en la versión oficial y las fuertes declaraciones de Longobardi dejan abierta la posibilidad de que se hayan vulnerado derechos laborales y se haya utilizado la audiencia como pretexto para una purga política dentro de la programación de Radio Rivadavia. Se espera que la situación desencadene una serie de acciones legales por parte del periodista y genere un amplio análisis sobre la libertad de prensa en Argentina.
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