El controvertido giro de Cristina Pérez: de la ética periodística a la militancia en LN+

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Cristina Pérez, figura destacada del periodismo argentino, ha generado polémica tras su decisión de incorporarse a LN+, un canal con marcada afinidad al gobierno de Javier Milei. Analizamos su cambio de rumbo, contrastando su anterior defensa de la ética profesional con su actual rol en un medio considerado por muchos como una 'trinchera' política.

El anuncio de la incorporación de Cristina Pérez a LN+ en 2025 ha desatado un intenso debate en el ámbito periodístico y político argentino. Su llegada a la señal, estrechamente vinculada al gobierno de Javier Milei y sectores del macrismo, contrasta fuertemente con la imagen de periodista ética e independiente que cultivó en el pasado. Hace apenas un año, Pérez renunció a su puesto en Telefé, argumentando un conflicto de interés debido al nombramiento de su pareja, Luis Petri (JxC), como Ministro de Defensa. En aquel momento, su decisión fue ampliamente celebrada como un ejemplo de honestidad intelectual y compromiso con la ética periodística. Sin embargo, su nuevo rol en LN+ ha puesto en entredicho la consistencia de sus principios. LN+, lejos de ser un canal de noticias objetivo, se caracteriza por su alineación con el discurso del gobierno libertario y sus aliados. Su incorporación a este medio ha sido interpretada por muchos como un abandono de su anterior postura y una clara adhesión a la narrativa oficialista. Pérez ha defendido su decisión, afirmando que no ve conflicto alguno y que su rol será el de "perro guardián", promesa difícil de creer dada la orientación política del canal. Su participación en programas junto a figuras como José Del Río y Luis Majul, conocidos por su cercanía al poder, refuerza la percepción de su giro ideológico. Declaraciones como "Si los periodistas no fuéramos tan importantes, el Presidente no se pelearía tanto con nosotros", aunque aparentemente corporativas, resultan ambiguas en el contexto de su nuevo empleo. Sus elogios a las políticas económicas y educativas del gobierno, omitiendo críticas cruciales, evidencian una postura marcadamente oficialista. El año 2025 será crucial para el gobierno de Milei, con elecciones legislativas que definirán su futuro político. LN+ actuará como un importante brazo mediático del oficialismo en este contexto, y la figura de Pérez, con su trayectoria y capacidad de conectar con la derecha política, resulta clave para esta estrategia. Su presencia en el canal no solo representa un cambio profesional, sino un explícito posicionamiento político. El contraste entre su discurso anterior sobre la importancia de la independencia periodística y su actual rol en un canal claramente partidario resulta difícil de ignorar. La periodista que alguna vez habló de establecer "una relación de confianza" con la audiencia, ahora se convierte en parte de un engranaje mediático con una agenda política bien definida. Su transición ha dejado de ser un simple cambio de trabajo para convertirse en un caso de estudio sobre la complejidad de la ética periodística en un contexto político polarizado, donde la línea entre informar y militar se vuelve cada vez más difusa.
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