El Allianz Arena vibró con la intensidad de un partido que prometía emociones fuertes desde el silbatazo inicial. Bayern Munich, bajo la dirección de Vincent Kompany, recibía a un Bayer Leverkusen, con el ecuatoriano Piero Hincapié como titular, en una eliminatoria de octavos de final de la DFB Pokal que se sentía como una final. El encuentro comenzó con un ritmo trepidante, con ambos equipos buscando la portería contraria. Sin embargo, a los 15 minutos, un evento inesperado cambió el curso del juego: la expulsión de Manuel Neuer. El arquero bávaro, en un intento de cortar un ataque rival, cometió una falta sobre Jeremy Frimpong que le costó la tarjeta roja directa. Esta situación, que parecía favorecer al Bayer Leverkusen, no se tradujo en una superioridad numérica efectiva. El Bayern, a pesar de jugar con un hombre menos, no se desmoronó y mantuvo el control del partido, generando incluso las ocasiones más claras para abrir el marcador. El equipo de Kompany demostró una gran capacidad de reacción y organización defensiva, neutralizando la ventaja numérica del Bayer Leverkusen. Mientras tanto, el equipo de Xabi Alonso, a pesar del hombre de más, no pudo aprovechar la oportunidad y sufrió para generar peligro real en la portería rival. A pesar de las numerosas llegadas del Bayern, el marcador se mantuvo 0-0 durante gran parte del partido, reflejando una lucha intensa y cerrada. La expulsión de Neuer obligó a Kompany a realizar un cambio obligado, afectando la dinámica ofensiva del Bayern, sin embargo, el equipo supo sobreponerse a la adversidad y siguió buscando el gol hasta el final del partido. La actuación de Piero Hincapié fue destacada, luchando incansablemente en la defensa de Bayer Leverkusen contra el poderío ofensivo del Bayern. A pesar del esfuerzo individual y colectivo, el equipo de Hincapié no logró concretar sus oportunidades, dejando el marcador inalterado al final del tiempo reglamentario. En definitiva, un partido lleno de contrastes, con una expulsión temprana que cambió el desarrollo del juego, pero también con una muestra de resiliencia y buen juego por parte de ambos equipos. El marcador final reflejó la igualdad del encuentro, y un triunfo agónico del Bayern en el tiempo añadido.