El Manchester City no levanta cabeza y empató 1-1 ante el Everton en el Boxing Day, profundizando su crisis de resultados. Analizamos el partido, las causas de la mala racha y las posibles soluciones para el equipo de Guardiola.
El Etihad Stadium, usualmente un fortín inexpugnable, fue testigo de una nueva decepción para el Manchester City. En el marco del Boxing Day, el equipo de Pep Guardiola solo pudo empatar 1-1 ante un Everton que supo aprovechar las debilidades de los locales. Este resultado extiende la preocupante racha negativa del City, que solo ha conseguido una victoria en sus últimos 13 partidos, dejando al equipo en una incómoda sexta posición en la Premier League.
El partido comenzó con un ritmo frenético. A los 14 minutos, Bernardo Silva adelantó a los Citizens con un remate certero tras una asistencia de Doku. El gol, precedido por varias ocasiones claras, incluyendo un cabezazo de Gvardiol que impactó en el poste y dos mano a mano desperdiciados por Haaland, parecía sentenciar un dominio abrumador del City. Sin embargo, la alegría local fue efímera. A los 35 minutos, una excelente jugada colectiva del Everton culminó con un golazo de Iliman Ndiaye, quien aprovechó un centro preciso de Doucouré para batir a Ortega y establecer el empate.
La segunda mitad mantuvo la misma tónica de un City dominador pero poco efectivo, y un Everton bien plantado en defensa, aprovechando los espacios a la contra. Incluso, Haaland falló un penalti que pudo haber significado la victoria para los locales. Pickford, el portero del Everton, fue figura clave en la segunda parte, deteniendo tanto el penalti como un remate posterior de Haaland. A pesar de las oportunidades generadas por los ciudadanos, como un disparo de Rico Lewis que se fue por encima del travesaño en el tiempo añadido, la igualada persistió hasta el final del encuentro.
Este empate deja al Manchester City en una situación delicada. La falta de contundencia en ataque, las fisuras defensivas y la preocupante falta de regularidad son factores que explican la crisis. La ausencia de jugadores clave por lesión o bajo rendimiento también ha afectado el funcionamiento del equipo. La presión sobre Pep Guardiola aumenta, pues las dudas sobre su planteamiento táctico y la capacidad de sus jugadores para revertir la situación son cada vez más frecuentes. El próximo partido ante el Leicester será una prueba crucial para el equipo de Guardiola. Una victoria se hace imperativa para que el City pueda salir del pozo en el que se encuentra y volver a pelear por los primeros puestos de la Premier League. Por su parte, el Everton, tras rescatar un punto en el Etihad, mirará con optimismo el próximo encuentro ante el Nottingham Forest, buscando afianzarse en la tabla y alejarse de la zona de descenso.
El análisis post partido es diverso. La prensa deportiva critica la falta de eficacia del equipo, la irregularidad en el juego, y la falta de un plan B cuando el juego no fluye como se espera. Los comentarios de los aficionados muestran frustración y preocupación. La pregunta que recorre el ambiente futbolístico es: ¿podrá Pep Guardiola resurgir de esta crisis? Solo el tiempo y los próximos resultados darán la respuesta.