Silvio Soldán, un nombre que evoca recuerdos imborrables para miles de argentinos. Su nombre se asocia a la alegría, la adrenalina y la emoción que reinaba en el mítico programa de televisión Feliz Domingo para la Juventud. Un ciclo que durante 18 años llenó las tardes dominicales de risas y que marcó a una generación con sus icónicos juegos, su icónico premio -un viaje a Bariloche- y su inolvidable conductor: Silvio Soldán.
En esta entrevista, Silvio Soldán nos lleva de viaje por los recuerdos y nos revela los secretos detrás del éxito de Feliz Domingo, aquellos detalles que pocos conocen y que hicieron de este programa un fenómeno televisivo.
De un golpe de suerte a un programa de culto
El éxito de Feliz Domingo no fue algo que se planificó, sino que nació de una casualidad, como suele suceder con las cosas grandiosas. “Al principio venía con un rating más o menos flojito”, confiesa Soldán. Pero la suerte quiso que otro programa, que pretendía ser un gran éxito con Pinky y Cacho Fontana, fracasara en su debut, y el público, buscando entretenimiento, se topara con Feliz Domingo. El rating se disparó y el ciclo se convirtió en uno de los preferidos de la familia argentina.
Los famosos que pasaron por Feliz Domingo: de Andy Kusnetzoff a Elena Roger
Por las tribunas de Feliz Domingo pasaron miles de adolescentes con un solo sueño: ganar el viaje a Bariloche. Entre ellos, algunos que luego se convertirían en figuras reconocidas. Uno de ellos fue Andy Kusnetzoff, quien en su paso por el segmento Camino al Oscar, recreó una coreografía de Footloose junto a sus compañeros de colegio. Otra figura que brilló en Feliz Domingo fue Elena Roger, quien en 1992, siendo una joven estudiante, deslumbró al jurado con su talento vocal. Su interpretación de “La Sonnambula” de Bellini la consagró ganadora de la prenda y le abrió las puertas para competir por el premio mayor. Hoy, Elena es una actriz y cantante reconocida mundialmente.
El cariño del público, un tesoro invaluable
A pesar del tiempo transcurrido, Feliz Domingo sigue vivo en la memoria de la gente. Silvio Soldán lo sabe, y cada día recibe el cariño del público que lo recuerda como el conductor que les brindó momentos inolvidables. “Todos los días en la calle, en un restaurante, en los eventos en los que trabajo, lo primero que pregunto es ‘¿Alguno de ustedes fue a Feliz Domingo?’, y siempre hay uno que fue”, relata con emoción. Esas charlas le llenan el alma, son un testimonio de que el cariño del público es un tesoro invaluable.
Un legado que permanece
Silvio Soldán, con humildad y gratitud, reconoce que Feliz Domingo fue un regalo de la vida. Un programa que le permitió conectar con millones de personas y dejar una huella imborrable en la televisión argentina. La alegría, la emoción y la adrenalina de Feliz Domingo siguen resonando en la memoria de las generaciones que lo vivieron y que hoy, al recordar su historia, se transportan a esas tardes dominicales llenas de ilusión.