Rafael Nadal, el nombre que resonó en las canchas de tenis durante más de dos décadas, ha colgado la raqueta. Su despedida marca el fin de una era, pero también es la oportunidad de recordar la fantástica carrera de un tenista único, un luchador incansable que superó obstáculos que hubieran quebrado a muchos.
Nadal será recordado por su tenacidad, su coraje, su perseverancia, pero también por el amor al deporte. A lo largo de su carrera, el manacorí ha sufrido 24 lesiones que le significaron un total de cuatro años fuera del circuito, algo que quizás le hubiese permitido ser el más ganador de todos los tiempos.
“Es un lesionado que juega al tenis”, resumió su tío y ex entrenador, Toni Nadal, en abril de 2019. Una frase que resume la realidad de un atleta que se enfrentó a una batalla constante contra su propio cuerpo.
La eterna batalla contra las lesiones
La historia de las lesiones de Nadal se remonta a 2005, cuando una fractura del escafoides en la final del Masters 1000 de Madrid, le provocó una serie de problemas físicos que le acompañaron durante toda su carrera. La deformidad en su pie, producto del síndrome de Müller-Weiss, fue el inicio de una cadena de dolencias.
A partir de 2012, las lesiones en las rodillas se convirtieron en una pesadilla recurrente. Tras una rotura del tendón de la rodilla izquierda y una hofitis, Nadal se alejó del circuito por siete meses en 2012, volviendo en febrero de 2013.
A pesar de que las lesiones no siempre fueron graves, el cúmulo de dolencias fue una deuda que Nadal terminaría pagando. En 2021, el pie izquierdo y el síndrome Müller-Weiss volvieron a la carga, obligándolo a luchar con el dolor para continuar su carrera.
Los hitos de 2022 y la frase de Ruud
A pesar de las adversidades, Nadal logró volver a lo grande en 2022, ganando el Australian Open y Roland Garros. Ambos títulos fueron un testimonio de su resiliencia. En Australia, remontó un marcador adverso ante Medvedev, con una lesión en el pie que, según expertos, le impedía moverse a la velocidad que lo hacía.
En Roland Garros, Nadal se impuso a Casper Ruud, pero la lucha no se limitaba a la cancha. “Al día siguiente de ganarme Roland Garros, le vi en muletas”, dijo Ruud, evidenciando el calvario que atravesaba Nadal.
“He jugado con inyecciones en el nervio para dormir el nervio. Por eso he podido jugar, porque no sentía el pie. Mi doctor me puso anestesia en el nervio del pie. Es un gran riesgo de cara a que se doble el tobillo o cualquier otra cosa”, reveló Nadal en esa época.
Un legado más allá del tenis
Rafael Nadal, con 24 lesiones y 17 Grand Slams perdidos a causa de ellas, se retiró como una leyenda. Su carrera fue tan exitosa como dolorosa. A lo largo de 21 años, ha sufrido lesiones en ambas rodillas, la espalda, el abdomen, el psoas izquierdo, las costillas, la cadera y las muñecas.
Nadal ha sufrido 24 lesiones, Djokovic ocho y Federer 14. Estos números, que hablan por sí solos, revelan que Nadal ha pagado un precio alto por su pasión por el tenis.
Sin embargo, más allá de los títulos y las estadísticas, Nadal deja un legado de lucha, de coraje y de entrega. Un legado que inspiró a millones de personas a perseguir sus sueños, sin importar los obstáculos.
Nadal ha sido un guerrero, un Torero, un ejemplo de que la pasión por el deporte puede superar cualquier dolor.
Su retiro marca el final de una era, pero su historia, con su lado luminoso y su lado oscuro, quedará grabada para siempre en la historia del tenis.