Laurentia Tan, la amazona que baila con sus caballos sin oír la música

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Descubre la inspiradora historia de Laurentia Tan, una amazona paralímpica sorda que utiliza sus otros sentidos para 'visualizar' la música y bailar con sus caballos. Aprende cómo se enfrenta a los desafíos de la doma de estilo libre y conquista las pistas con su talento y pasión.

Laurentia Tan, la amazona que baila con sus caballos sin oír la música

Laurentia Tan, una atleta paralímpica de Singapur, ha desafiado las limitaciones de su sordera profunda para convertirse en una destacada amazona. Desde que nació con parálisis cerebral y una pérdida auditiva severa, ha encontrado en los caballos su conexión con el mundo, especialmente en el apasionante mundo de la hípica.

Para Tan, los caballos son mucho más que compañeros de competición; son sus “compañeros de baile”, con quienes puede experimentar la música y el mundo a través de sus otros sentidos. Tan compite en la categoría de grado I de Para hípica, diseñada para jinetes con discapacidades más graves. La parálisis cerebral dificulta su capacidad de utilizar sus piernas para controlar los movimientos del caballo, pero su sordera profunda agrega un desafío aún mayor: la incapacidad de oír la música esencial para las pruebas de estilo libre.

Visualizando la música: una danza de sentidos

Las pruebas de estilo libre en la hípica se basan en la armonía y sincronía entre el jinete y el caballo al ejecutar figuras coreografiadas al ritmo de una música preseleccionada. Para Tan, este elemento es un reto que ha superado con creatividad e ingenio.

Tan utiliza un chaleco vibrotáctil, conocido como SubPack, durante las competiciones de estilo libre. Este chaleco le permite sentir las vibraciones de la música y percibir sus ritmos. Además, trabaja con músicos con deficiencias auditivas para interpretar la música a través de otros sentidos: emociones, colores y la historia que la música intenta contar.

Para entender mejor la música, Tan ha estudiado el lenguaje corporal de los bailarines y directores de orquesta, y hasta utiliza las fuentes de agua musicales y las reacciones del público para captar las notas que no puede oír. La jinete también crea sus propias partituras musicales, donde imagina la música a través de emociones, formas y tonos, y luego traduce esas imágenes a sus competiciones.

“Lo que intento es imaginarme lo que estoy haciendo,” explica Tan. “Trato de imaginarme dónde estoy dentro de la pista, cómo encaja con la música, para asegurarme de que tengo el tiempo en línea con la música”.

Un vínculo especial con sus “compañeros de baile”

Los caballos de Tan son sus aliados más cercanos en este viaje extraordinario. Para superar los desafíos de la doma, Tan confía en la conexión especial que tiene con cada caballo. “El caballo tiene su propio ritmo, así que yo también tengo que confiar en él”, dice Tan.

Tan describe a cada caballo como un “compañero de baile” con una personalidad única. Su caballo actual, Hickstead, apodado Coco en los establos, es un jinete de 12 años con una personalidad “descarada” que, según Tan, podría bailar jive.

Tan ha competido en cinco Juegos Paralímpicos, incluyendo París 2024, donde ocupó el quinto lugar en la prueba individual de grado I. Su mejor logro fue la medalla de plata en la prueba individual de estilo libre de grado Ia en Londres 2012, un testimonio de su dedicación y talento.

Laurentia Tan, con su inspiradora historia, demuestra que la discapacidad no es un límite, sino un desafío que se puede superar con pasión, determinación y una conexión única con sus caballos, sus “compañeros de baile” en este viaje extraordinario.

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