Alexander Zverev, número 2 del mundo, comparte el instante crucial que marcó el cambio en su rendimiento tras su victoria en el Abierto de Madrid. Descubre la historia detrás de su resurgimiento.
Tras un comienzo de temporada irregular, marcado por salidas tempranas en varios torneos, Alexander Zverev ha encontrado su mejor versión. Su victoria en el Abierto de Madrid ha puesto de manifiesto este resurgimiento, un cambio de rumbo que el propio tenista alemán atribuye a un momento específico: su triunfo en Munich.
El Abierto de Munich significó mucho más que un simple título para Zverev. Fue el punto de inflexión. "Estaba luchando en las semanas previas; realmente necesitaba esa victoria en Munich", declaró Zverev tras su victoria en segunda ronda en Madrid contra Tallon Griekspoor. "Necesitaba ese partido; fue un punto de inflexión para mí. Ganar torneos siempre te da confianza. Yo necesitaba eso".
La victoria sobre Griekspoor en Munich, una dura batalla, revitalizó la confianza de Zverev. Este impulso se tradujo en un rendimiento excepcional en Madrid, donde derrotó a Roberto Bautista Agut en sets corridos (6-2, 6-2) en un encuentro que duró solo 69 minutos. "Fue un buen partido. Sabía que tenía que concentrarme contra Roberto", comentó Zverev, quien ahora presume de un impresionante récord de 24-5 en Madrid. "Sabía que iba a ser un desafío difícil, y estoy muy contento con la victoria".
Madrid representa para Zverev mucho más que un torneo cualquiera. Es una ciudad donde se siente cómodo, donde florece su juego. El alemán ha ganado el título en dos ocasiones, en 2018 y 2021, y mantiene una conexión especial con la icónica pista central "Manolo Santana".
"Esta es mi pista central favorita del mundo. Solo he perdido dos veces aquí en toda mi vida", afirmó Zverev con orgullo. "Espero que eso siga así durante los próximos 10 días y que pueda seguir jugando bien al tenis. Mientras lo haga, soy feliz". Su próxima rivalidad en el Abierto de Madrid será contra Alejandro Davidovich Fokina, una prueba que medirá la continuidad de su resurgimiento.
El cambio en Zverev es palpable. Tras la decepción de no poder mantener el impulso después de llegar a la final del Abierto de Australia, este triunfo en Munich y su posterior desempeño en Madrid demuestran una nueva determinación y una confianza recién encontrada. El camino a seguir sigue siendo largo, pero el momento crucial en Munich parece haber marcado el inicio del regreso del número 2 del mundo a su mejor nivel.