Taylor Fritz ha irrumpido en terreno desconocido al derrotar a Alexander Zverev por segundo major consecutivo para alcanzar las semifinales del US Open. El estadounidense había pisado en cuatro ocasiones los cuartos de final en Grand Slam, pero jamás había cruzado ese umbral. Esto cambió con una actuación sublime ante el dos veces campeón de las Nitto ATP Finals. Según Wolfgang Oswald, fisioterapeuta de Fritz, el californiano no se conforma con haber dado un paso más en estos torneos.
“Antes puede que hubiera un sentimiento de alivio. 'Llegué a la segunda semana, me planté en los cuartos de final”, dijo Oswald. “De hecho, lo dijo días atrás en el coche. 'No voy a celebrar, porque esto no ha terminado. No me siento contento'”.
Fritz permanece enfocado en continuar la mayor gesta de su carrera e intentará convertirse en el primer estadounidense en ganar un título individual de Grand Slam desde que Andy Roddick coronase Flushing Meadows 21 años atrás. ATPTour.com conversó con Oswald, quien conoce a Fritz como nadie, para comprender mejor el crecimiento y la mentalidad de Taylor.
El australiano sigue a Fritz desde que se enfrentó a Tommy Paul en la final junior de Roland Garros 2015. Después, siguió sus pasos en el ATP Challenger Tour, incluyendo un tiebreak definitivo que Fritz disputó ante Dustin Brown. En ese momento, Oswald era un aficionado al tenis que trabajaba en Arizona. Se introdujo en el tenis porque Brett Waltz, el actual fisioterapeuta de Frances Tiafoe, rival de Fritz en las semifinales del US Open, pensó que sería bueno tener un fisioterapeuta con experiencia en el tenis como Oswald en el circuito.
Un día, el australiano recibió una llamada donde le preguntaron si podría estar en Chengdu el miércoles. Pese a tener una agenda completa, Oswald se organizó e hizo las maletas para trabajar con Fritz esa misma semana.
“No conocía a Taylor. Tampoco a David Nainkin, su entrenador [en ese momento]... Fui a desayunar, me encontré con Taylor y nos fuimos directos al torneo. Él jugaba la fase previa y la superó. Llegó a los cuartos de final y así comenzó todo”, dijo Oswald. “Nunca habíamos hablado siquiera por teléfono. Me presenté en Chengdu (China). En un principio iba a ser un viaje de tres semanas”.
Todo terminó siendo un viaje de cinco semanas, dado que Fritz intentaba clasificar a las Next Gen ATP Finals presented by PIF. Oswald incluso llegó a competir en un torneo ATP Challenger Tour en Vietnam durante ese viaje.
“Taylor es bastante reservado si no te conoce. Recuerdo que al teléfono me dijo 'Hola'. Hablé bastante con su entrenador en el coche, porque su entrenador y yo tenemos muchos amigos comunes. El mundo del tenis es bastante pequeño”, dijo Oswald. “No había demasiada comunicación, porque Taylor es bastante reservado y callado. Pero recuerdo que tenía su rutina, yo tenía las mías y crecimos juntos”.
Tras un inicio de relación removida por lo rápido que sucedió todo, ambos se fueron conociendo mejor en el torneo ATP Challenger Tour de Ningbo, donde Oswald tuvo que ocuparse de tareas adicionales. Ambos terminaron pasando más tiempo juntos.
“Fuimos a hacer algunas compras, salimos a cenar”, recuerda Oswald. “Después, comenzamos a tener mejor comunicación. Nos llevamos bastante bien”.
Y Oswald no necesitó demasiado tiempo para conocer el espíritu competitivo de Fritz.
“En el primer partido en que le acompañé, en la fase previa de Chengdu, todavía no le conocía de esa manera. Eso no lo logras viéndole por televisión”, dijo Oswald. “Vi lo relajado que es y, de repente, ves ese hambre y cómo intenta descubrir el camino a la victoria. Desde el inicio, te das cuenta de que es un competidor”.
Según el fisioterapeuta, la naturaleza competitiva de Fritz aflora en muchas circunstancias, incluyendo en los videojuegos o las jaulas de bateo en Tokio durante su segunda semana juntos. No es algo que se limite a las canchas de tenis.
“En los videojuegos, es ultra competitivo. Si jugamos a las cartas, es ultra competitivo. Al ajedrez, ultra competitivo. En cualquier tipo de juego en equipo, ultra competitivo”, reconoce Oswald. “Si estamos haciendo ejercicios en pista, incluso si no hay nada en juego. 'Hey, tienes que hacer sprints en la bici o flexiones', en ese momento se vuelve competitivo. Lo es en casi cualquier cosa que hace”.
“Le he visto enfadarse. De hecho, estaba muy metido en el FIFA. Ahora usa otros juegos, pero cuando estaba con el FIFA, recuerdo verle ganar a un jugador profesional de FIFA, pensábamos que era profesional en base a su nombre de usuario. Recuerdo que se ponía muy competitivo, llegando a romper un par de mandos de la consola. Entraba en ese espíritu de competición, se enfadaba de verdad si perdía”.
Pero Fritz no siempre vive en ese modo. De hecho, es más reservado que muchos de sus compañeros fuera de la pista.
“Es calmado y reservado, muy tranquilo salvo cuando está en la pista. Su pulso cardíaco no sube si llegamos tarde a un vuelo. Es muy calmado y pausado”, dijo Oswald. “Después, si le ves en un partido, no deja de luchar hasta el final. Creo que esa tranquilidad le ayuda a tener energía mental cuando necesita activarla. Si siempre estás encendido, y tienes que subir tu energía en un partido, eso puede ser agotador”.
Esa mentalidad ha ayudado a Fritz a escalar hasta el No. 5 del PIF ATP Rankings y tachar algunas tareas pendientes en su camino. El actual No. 12 mundial ha ganado al menos un título de categoría ATP 250, ATP 500 y ATP Masters 1000.
“Haber estado en cuartos de final de Grand Slam y haber rozado las semifinales, eso es el siguiente paso. Conoce esa situación y sabe cómo gestionarlo”, dijo Oswald. “No hemos estado hablando en estos últimos días de lo feliz que está por llegar a unas semifinales de Grand Slam. El trabajo no está hecho, vayamos a por todo”.
Oswald ha visto crecer a su pupilo en varios sentidos durante los últimos siete años, desde progresos a nivel físico o pasos adelante en madurez, entre otras cosas. Fritz ha aprovechado ese crecimiento para quedar a un partido de convertirse en el primer finalista masculino estadounidense en un Grand Slam desde Roddick en Wimbledon 2009. Su viejo amigo Tiafoe es el último obstáculo hacia ese objetivo.
“Frances y él se han impulsado mutuamente. Su volumen de entrenamiento creció cuando Frances se acercó al Top 30. Fritz entonces le superó y Frances siguió mejorando”, dijo Oswald. “Ambos siguen motivándose mutuamente. Aunque son buenos amigos, ninguno quiere perder ante el otro. Eso lo puedo asegurar”.