Nuria Diosdado, la capitana del equipo mexicano de natación artística, ha sido la voz de la resistencia contra la falta de apoyo de la CONADE en el camino a París 2024. Su historia es un testimonio de resiliencia y determinación, mostrando cómo una atleta puede superar obstáculos para alcanzar sus sueños.
Nuria, quien ha participado en tres Juegos Olímpicos previos, se enfrentó a un momento crítico tras el Mundial de Budapest 2022. La incertidumbre sobre su futuro en el deporte casi la lleva a la depresión. Sin embargo, la frase de la directora de la CONADE, Ana Gabriela Guevara, “Por mí, que vendan calzones, Avon, Tupperware…”, se convirtió en un catalizador. Nuria y su equipo aprovecharon la polémica para buscar patrocinadores y recaudar los fondos necesarios para continuar su camino olímpico.
“No hay publicidad mala”, dice Nuria con una sonrisa. La reacción negativa de Guevara, junto con los resultados deportivos del equipo, como la medalla de plata en Budapest, atrajeron la atención de empresas. Nuria se vio obligada a aprender a venderse y a buscar las oportunidades para asegurar el futuro de su equipo. Su valentía y determinación han inspirado a otros atletas a luchar por sus sueños, incluso cuando se enfrentan a la adversidad.
A pesar de la falta de apoyo inicial de la CONADE, Nuria Diosdado y el equipo de natación artística mexicana llegan a París 2024 con la esperanza de escribir una nueva página en la historia del deporte mexicano. Su presencia en los Juegos Olímpicos es ya un triunfo, y su lucha por obtener una medalla es una fuente de inspiración para todo un país.