El dragón de Komodo, también conocido como varano de Komodo, es el reptil más grande del mundo y una de las especies más emblemáticas de Indonesia. Su nombre proviene de las islas de Komodo, Rinca, Padar y Flores, donde se encuentran las poblaciones naturales de estos lagartos gigantes. Este impresionante animal puede llegar a medir hasta 3 metros de longitud y pesar más de 70 kilogramos. Su cuerpo está cubierto por escamas duras y su cola es larga y gruesa. Su característica más llamativa es su lengua bífida, similar a la de las serpientes, que le permite captar olores y seguir el rastro de sus presas. El hábitat natural del dragón de Komodo son las zonas selváticas y montañosas de las islas mencionadas anteriormente. Aunque son excelentes nadadores, prefieren someterse al régimen alimentario que ofrece su habitat, compuesto principalmente por cerdos salvajes, ciervos, búfalos y algunas aves. Además, son conocidos por cazar carroña y aprovecharse de los restos de animales fallecidos. A pesar de su apariencia imponente, el dragón de Komodo es un animal vulnerable. Se estima que existen entre 3,000 y 5,000 ejemplares en estado salvaje debido a la pérdida de su habitat natural y la caza ilegal. Además, la introducción de especies invasoras como el ganado doméstico ha afectado su capacidad para obtener presas y competencia por su habitat. Es esencial para la conservación de esta especie y su entorno natural promover la conciencia ambiental y el respeto por la biodiversidad. La protección de los parques nacionales de Indonesia y programas de educación ambiental son fundamentales para garantizar la supervivencia de este majestuoso lagarto y su ecosistema. En conclusión, el dragón de Komodo es un animal único en el mundo, con características impresionantes y un estado de conservación preocupante. Cuidar y proteger su hábitat es fundamental para su supervivencia y para preservar la diversidad de nuestro planeta.