El pontífice se reunió con religiosos en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo de Ulán Bator, la capital de Mongolia, y su mensaje podría ser interpretado como una referencia a China.
El Papa Francisco ofreció un emotivo discurso durante su encuentro con religiosos en la Catedral de los Santos Pedro y Pablo de Ulán Bator, la capital de Mongolia. Aunque no mencionó directamente a China, su mensaje pareció dirigirse a este país, donde el régimen comunista de Beijing ejerce un estricto control sobre todas las instituciones religiosas.
En su discurso, el Papa hizo hincapié en la importancia de la libertad religiosa y de la contribución que las comunidades religiosas hacen a la sociedad. Afirmó que la fe no debe ser un motivo de divisiones, sino que debe unir a las personas y promover valores como la solidaridad, el perdón y el respeto mutuo. Estos principios, según el Papa, son esenciales para construir una sociedad justa y pacífica.
El Papa Francisco también destacó la importancia de la defensa de los derechos humanos y de la dignidad de cada persona, independientemente de su religión o creencias. Recordó a los religiosos presentes en la Catedral de Ulán Bator que su labor es esencial para promover la paz y el bien común, y que deben continuar trabajando en favor de la justicia y la reconciliación.
Si bien el Papa no mencionó específicamente la situación religiosa en China, su mensaje fue interpretado como una referencia a este país, donde el Partido Comunista de Beijing mantiene un control estricto sobre las instituciones religiosas y ha llevado a cabo políticas represivas contra comunidades religiosas como los católicos y los musulmanes uigures. El Papa expresó su solidaridad con aquellos que enfrentan dificultades y limitaciones en el ejercicio de su fe y los animó a seguir siendo fieles a sus creencias.
El encuentro con religiosos en la Catedral de Ulán Bator fue una oportunidad para que el Papa Francisco transmitiera un mensaje de esperanza y aliento a los fieles en Mongolia y en otras partes del mundo que enfrentan situaciones similares. El Papa reiteró su compromiso con la promoción de la libertad religiosa y expresó su deseo de que en el futuro todas las personas puedan practicar su fe sin temor a represalias.
En resumen, el Papa Francisco abordó delicadamente la situación religiosa en China durante su encuentro con religiosos en la Catedral de Ulán Bator. Aunque no mencionó directamente a China, su mensaje fue interpretado como una referencia a este país, donde el régimen comunista ejerce un estricto control sobre las instituciones religiosas. El Papa enfatizó la importancia de la libertad religiosa, la defensa de los derechos humanos y la promoción de valores como la solidaridad y el respeto mutuo. Su discurso fue una muestra de apoyo y solidaridad hacia aquellos que luchan por ejercer su fe en circunstancias adversas.