Ángel María Villar, quien recientemente dejó su puesto como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha emitido un comunicado en el que asegura estar viviendo un "linchamiento mundial sin precedentes" y ha afirmado que seguirá "defendiéndose" de las acusaciones en su contra. Villar, quien estuvo al frente de la RFEF durante casi tres décadas, ha sido objeto de una investigación por parte de la FIFA y de la justicia española, relacionada con presuntas irregularidades financieras y administrativas durante su mandato. En el comunicado, Villar ha denunciado que tanto la FIFA como ciertos medios de comunicación están persiguiéndolo y tratando de dañar su reputación. Ha afirmado que las acusaciones en su contra son infundadas y que se trata de una "campaña de difamación". Sin embargo, ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados y que luchará para demostrar su inocencia. El ex presidente de la RFEF ha declarado que está cooperando plenamente con todas las investigaciones y ha abogado por la transparencia y la justicia en el proceso. Ha asegurado que confía en que se demostrará su inocencia y que se pondrá fin a esta situación que considera injusta. Cabe destacar que Villar fue suspendido de su cargo como presidente de la RFEF durante un año debido a las investigaciones en su contra. Sin embargo, su dimisión reciente como presidente fue considerada como un intento de escapar de las acusaciones y continuar ejerciendo influencia en la Federación. Esta dimisión también llevó a la destitución de su hijo, Gorka Villar, quien ocupaba el cargo de vicepresidente económico de la RFEF. El caso de Ángel María Villar ha tenido gran repercusión en el mundo del fútbol y ha generado un intenso debate en España. Su figura ha sido polémica durante mucho tiempo debido a su prolongado mandato al frente de la RFEF y a las acusaciones de nepotismo y malversación de fondos. Ahora, con las investigaciones en curso, el futuro de Villar y su legado en el fútbol español están en juego.