Las Cataratas del Iguazú son un verdadero tesoro natural ubicado en la frontera entre Argentina y Brasil. Conformadas por más de 275 saltos de agua que se despliegan en más de 2,7 kilómetros, estas cascadas son consideradas uno de los espectáculos más impactantes de la tierra. El corazón de las Cataratas es la famosa Garganta del Diablo, una inmensa caída de agua de más de 80 metros de altura que crea una nube de vapor y un estruendo ensordecedor. Es un espectáculo único e indescriptible que deja a los visitantes sin palabras. Pero las Cataratas del Iguazú no se limitan solo a su imponente caída de agua. El Parque Nacional Iguazú alberga una exuberante selva tropical que sirve de hogar a miles de especies de flora y fauna. Podrás explorar una gran variedad de senderos y descubrir mariposas de colores vibrantes, aves exóticas y monos juguetones. A lo largo de los años, las Cataratas del Iguazú han sido reconocidas como Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO, y no es difícil entender por qué. Su belleza es simplemente abrumadora, y su importancia ecológica es incalculable. Para disfrutar al máximo de este destino, te recomendamos visitarlo durante la temporada de lluvias, cuando el caudal de agua es máximo y las cascadas están en todo su esplendor. Además, podrás ver arcoíris que se forman gracias a los rayos del sol que atraviesan el vapor de agua. Si estás en busca de aventura, podrás realizar emocionantes paseos en lancha por debajo de las cascadas o disfrutar de una caminata sobre las pasarelas que te llevarán a disfrutar de impresionantes vistas panorámicas. Sin lugar a dudas, las Cataratas del Iguazú son uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida. No importa cuántas veces hayas visto fotos o videos, nada se compara con la experiencia de estar allí, sintiendo la fuerza y la energía de la naturaleza en su estado más puro.