El Día Internacional de las Desapariciones Forzadas, celebrado el 30 de agosto, es una fecha que busca crear conciencia sobre una de las realidades más dolorosas y angustiantes que atraviesan diferentes países alrededor del mundo: la desaparición forzada de personas. Cada año, en esta fecha, recordamos a todas las personas que han sido víctimas de esta terrible violación de los derechos humanos. Cada página de los libros que estamos por conocer, representa mucho más que letras y palabras impresas. Es un testimonio vivo de historias inacabadas y sueños interrumpidos. Es un llamado apremiante a no olvidar, a mantener viva la memoria, a no permitir que el paso del tiempo borre el dolor y el sufrimiento de quienes han desaparecido. En el Día Internacional de las Desapariciones Forzadas, es importante recordar que detrás de cada nombre ausente hay una familia devastada, amigos desesperados y una sociedad que clama por justicia. Es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la solidaridad, el respeto y la empatía hacia estas personas y sus seres queridos. La desaparición forzada es una tragedia que no solo afecta a las víctimas directas, sino también a sus familias y a toda la sociedad. Rompe el tejido social, generando miedo, incertidumbre y desconfianza. Además, deja secuelas emocionales y psicológicas en aquellos que sobreviven a la desaparición de un ser querido. Es fundamental que no olvidemos, que mantengamos viva la memoria y que luchemos por la justicia y la verdad. Para sanar el corazón de una sociedad herida, necesitamos reconstruir la historia, dar voz a quienes han sido silenciados y exigir que se haga justicia. En este Día Internacional de las Desapariciones Forzadas, recordemos a todas las personas que han desaparecido y siguen sin ser encontradas. Recordemos su nombre, su rostro, su historia. Recordemos que la memoria es un arma poderosa contra el olvido y que todos tenemos la responsabilidad de mantenerla viva.