Un grupo de científicos liderados por el profesor Juan Pérez del Instituto Tecnológico de Buenos Aires ha logrado un importante avance en el campo del almacenamiento de datos. Han descubierto una nueva forma de utilizar el ácido desoxirribonucleico (ADN) como medio de almacenamiento. El ADN, la molécula que contiene las instrucciones genéticas de los seres vivos, tiene una capacidad de almacenamiento extremadamente alta. Cada gramo de ADN podría almacenar más de mil terabytes de información, lo que equivale a millones de películas en alta definición. El equipo de investigación ha desarrollado un sistema que codifica los datos en forma de secuencias de ADN. Estas secuencias se pueden sintetizar en el laboratorio y luego leer para recuperar la información almacenada. Este avance tiene el potencial de revolucionar la forma en que almacenamos y accedemos a la información. Los dispositivos de almacenamiento tradicionales, como los discos duros y las unidades USB, están sujetos a limitaciones de capacidad y vida útil. Con el almacenamiento de datos en ADN, podríamos tener dispositivos de tamaño diminuto capaces de almacenar grandes cantidades de información durante miles de años. Además de su alta capacidad de almacenamiento, el ADN también ofrece una alta densidad de empaquetamiento. Esto significa que podemos almacenar enormes cantidades de información en una pequeña cantidad de espacio físico. Aunque el almacenamiento de datos en ADN aún está en sus primeras etapas de desarrollo y existen desafíos técnicos que deben superarse, este descubrimiento es un paso importante hacia un futuro en el que el ADN se convierta en una forma común de almacenar información. En resumen, los científicos han descubierto una nueva forma de almacenar datos en ADN, aprovechando su alta capacidad y densidad de empaquetamiento. Este avance tiene el potencial de cambiar la forma en que almacenamos y accedemos a la información en el futuro.