Investigadores del Instituto de Ciencias e Ingeniería de Argentina han logrado desarrollar una técnica que permite almacenar energía utilizando ADN. Esta innovadora tecnología podría ser el avance necesario para superar las limitaciones de las baterías convencionales y ofrecer una solución más eficiente y sostenible. El ADN utilizado como método de almacenamiento de energía aprovecha las propiedades de esta molécula para almacenar grandes cantidades de información genética. Los científicos encontraron una manera de convertir esa información almacenada en energía eléctrica mediante un proceso basado en electroquímica. El ADN, a diferencia de otros materiales utilizados en baterías, es altamente eficiente en la conducción de electrones, lo que le otorga ventajas significativas en términos de capacidad de almacenamiento y eficiencia energética. Además, el ADN es un recurso natural y renovable, lo que lo convierte en una opción más sostenible que los materiales utilizados en las baterías tradicionales. Este descubrimiento podría tener un impacto significativo en la industria de las baterías y en el desarrollo de energías renovables. Las baterías basadas en ADN podrían tener una capacidad de almacenamiento mucho mayor que las actuales, permitiendo almacenar más energía en menos espacio. Esto podría impulsar la adopción de energías renovables a gran escala, ya que se podría almacenar energía generada por fuentes renovables en momentos de baja demanda y utilizarla cuando sea necesario, evitando así la dependencia de combustibles fósiles. Además, las baterías basadas en ADN podrían ser más seguras y menos dañinas para el medio ambiente que las actuales. Al utilizar un material natural y biodegradable como el ADN, se reduciría el impacto ambiental y se evitaría la acumulación de residuos tóxicos. Si bien esta tecnología aún se encuentra en etapas de investigación, el descubrimiento de una nueva forma de almacenar energía utilizando ADN representa un avance prometedor en el campo de la energía renovable. Los científicos continuarán trabajando en su desarrollo y esperan que en un futuro no muy lejano las baterías basadas en ADN sean una realidad y contribuyan a la transición hacia un sistema energético más limpio y sostenible.