El inicio de la marcha blanca del nuevo sistema de transporte se acerca, y se espera que en diciembre de 2023 comiencen las pruebas con conductores. Esta etapa permitirá evaluar el funcionamiento de los trenes y detectar posibles mejoras antes de su puesta en marcha definitiva. Según lo estipulado en el contrato, tres meses después del inicio de la marcha blanca, los trenes comenzarán a operar de manera automática. Esto significa que no será necesario contar con conductores en las formaciones, lo que traerá importantes beneficios tanto en términos de costos como de eficiencia en el servicio. El sistema de transporte automático permitirá reducir los tiempos de viaje, ya que no habrá demoras ni retardos causados por problemas vinculados a la labor del conductor. Además, se espera que esta tecnología contribuya a mejorar la seguridad del servicio, ya que se minimizará la posibilidad de errores humanos. Sin embargo, es importante destacar que este proceso de automatización no implica suprimir empleos, sino más bien reubicar al personal en tareas de supervisión y control. Además, se prevé que se generen puestos de trabajo relacionados con el mantenimiento y la gestión del sistema. La implementación de este nuevo sistema de transporte es una apuesta importante para mejorar la calidad de vida de los usuarios y promover la movilidad sostenible en la región. La reducción de tiempos de viaje y la eficiencia en la prestación del servicio son aspectos clave para lograr una mayor satisfacción de los usuarios y fomentar el uso del transporte público en lugar de los vehículos particulares. En conclusión, la fase de pruebas del nuevo sistema de transporte inicia en diciembre de 2023, con conductores a bordo. Tres meses después, los trenes operarán de forma automática, optimizando el servicio y brindando beneficios tanto a los usuarios como al medio ambiente. Es un paso importante hacia la modernización del transporte público y una apuesta por un futuro más sostenible.