La importancia del ejercicio físico en la tercera edad: beneficios y recomendaciones

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El ejercicio físico en la tercera edad tiene numerosos beneficios para la salud y el bienestar de las personas mayores. En este artículo, te contamos cuáles son y te ofrecemos recomendaciones para mantener una vida activa y saludable.

En la tercera edad, es común que las personas tiendan a llevar un estilo de vida más sedentario, lo que puede llevar a problemas de salud como la disminución de la fuerza muscular, la pérdida de densidad ósea y la disminución de la flexibilidad. Sin embargo, el ejercicio físico regular puede contrarrestar estos efectos negativos y mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Uno de los principales beneficios del ejercicio físico en la tercera edad es el fortalecimiento del sistema cardiovascular. Realizar actividades aeróbicas como caminar, nadar o andar en bicicleta ayuda a mejorar la circulación sanguínea, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y mantener un peso saludable. Además, el ejercicio físico también ayuda a mantener la masa muscular y la densidad ósea, lo que es especialmente importante en la tercera edad, ya que con el paso de los años se produce una pérdida de masa muscular y una disminución de la densidad ósea. Realizar ejercicios de fuerza como levantar pesas o hacer ejercicios con bandas elásticas puede ayudar a prevenir la debilidad y la fragilidad física. Otro beneficio del ejercicio físico en la tercera edad es la mejora de la flexibilidad y la coordinación motora. Realizar ejercicios de estiramientos y de equilibrio puede ayudar a prevenir caídas y lesiones, así como mejorar la movilidad y la calidad de vida en general. Es importante destacar que el ejercicio físico en la tercera edad debe ser adaptado a las capacidades y necesidades de cada persona. Se recomienda realizar actividad física de forma regular, al menos 150 minutos a la semana. Además, es importante consultar con un médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si se tienen problemas de salud crónicos o se han tenido lesiones en el pasado. En resumen, el ejercicio físico en la tercera edad es fundamental para mantener una vida activa y saludable. Sus beneficios van desde fortalecer el sistema cardiovascular hasta mejorar la flexibilidad y la coordinación motora. Siguiendo las recomendaciones adecuadas y consultando con un profesional de la salud, las personas mayores pueden disfrutar de una mejor calidad de vida y bienestar.
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