En una acción que ha causado conmoción en la comunidad, alrededor de 20 sujetos llegaron en aproximadamente 10 camionetas hasta un sitio específico para perpetrar el secuestro de Jaqueline González. Este hecho inaceptable pone en evidencia la falta de seguridad en la región y deja muchas interrogantes acerca de la efectividad de las medidas destinadas a proteger a los ciudadanos. Jaqueline González, una trabajadora social muy respetada en la comunidad, fue seleccionada como objetivo por motivos aún desconocidos. Su secuestro, perpetrado por un grupo numeroso de individuos, deja en claro que la delincuencia en la zona ha tomado una dimensión preocupante. La falta de respuesta por parte de las fuerzas de seguridad y la ausencia de políticas eficientes para prevenir y combatir este tipo de delitos, reflejan una realidad alarmante. Es necesario que las autoridades tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad de todos los habitantes, así como investigar a fondo este caso y llevar a los responsables ante la justicia. No es la primera vez que la región se ve afectada por actos delictivos de esta magnitud, lo cual denota una clara falta de control y una impunidad que fomenta la comisión de este tipo de delitos. Es fundamental que se destinen más recursos y se implementen estrategias más efectivas para enfrentar esta problemática, que afecta la calidad de vida de los ciudadanos y perjudica tanto a nivel social como económico. La inseguridad es un tema que involucra a todos los aspectos políticos, por lo que resulta imprescindible que los gobiernos asuman su responsabilidad y trabajen de manera conjunta para encontrar soluciones a largo plazo. Esto implica no solo la implementación de políticas de seguridad efectivas, sino también la inversión en educación y oportunidades para los más jóvenes, quienes muchas veces son víctimas o se ven tentados a formar parte de estas organizaciones delictivas por falta de alternativas. Es fundamental promover una cultura de denuncia y brindar protección y apoyo a las víctimas de estos delitos. Además, se deben fortalecer los lazos entre la comunidad y las fuerzas de seguridad, fomentando la participación ciudadana y la colaboración en la prevención del delito. El secuestro de Jaqueline González es un claro ejemplo de la grave problemática de seguridad que enfrenta la región. Es momento de dejar de lado las diferencias políticas y unirnos en la búsqueda de soluciones reales y efectivas, que garanticen la tranquilidad y el bienestar de todos los habitantes. La seguridad no puede ser un tema relegado, sino una prioridad para el desarrollo de nuestra sociedad.