El mundo del fútbol se conmovió con la inesperada declaración del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien en una entrevista con Andrés Cantor, reconocido periodista y fanático de Boca Juniors, bromeó con la posibilidad de dirigir al Xeneize. Ante la pregunta sobre qué entrenador recomendaría para el club, Infantino, con una sonrisa, respondió: "Voy yo de técnico de Boca. Si Riquelme me quiere, lo llamamos ahora mismo a Román y vamos. Tengo el traje para ser el entrenador". Aunque claramente dicha en tono jocoso, la declaración generó un revuelo inmediato en las redes sociales y en los medios de comunicación. La imagen de Infantino, el máximo dirigente del fútbol mundial, vistiendo un traje y dirigiendo a uno de los clubes más populares de Argentina, resultó un golpe de efecto mediático sin precedentes. Pero más allá de la broma, la declaración refleja la difícil situación que atraviesa Boca Juniors en su búsqueda de un nuevo entrenador tras la salida de Fernando Gago. El club se encuentra en la tesitura de encontrar un técnico para el Mundial de Clubes, un torneo que se avecina rápidamente. La incertidumbre ha generado una oleada de especulaciones, con varios nombres sonando en los últimos días. Entre ellos, Miguel Ángel Russo figura como principal candidato, aunque su situación contractual con San Lorenzo presenta ciertas complejidades. Otros nombres como Gustavo Quinteros han sido mencionados, pero cada posibilidad tiene sus pros y sus contras. La declaración de Infantino, además, se inscribe en un contexto de otras declaraciones polémicas del dirigente. Recientemente, Infantino generó controversia al sugerir la posibilidad de que Cristiano Ronaldo pudiera participar en el Mundial de Clubes, declaraciones rápidamente desmentidas por el entorno del jugador. Esto evidencia una tendencia a realizar declaraciones audaces, generando impacto mediático y a veces confusión. La broma de Infantino, por tanto, no solo refleja la situación de Boca Juniors, sino también la personalidad del presidente de la FIFA, quien se muestra cómodo en la escena pública, generando impacto con declaraciones inesperadas. Mientras la búsqueda del nuevo técnico de Boca continúa, la pregunta queda abierta: ¿fue una simple broma o la semilla de una posibilidad, aunque remota, de ver a Gianni Infantino en el banquillo de La Bombonera?