El Club Atlético San Lorenzo de Almagro vive un año 2025 para el recuerdo, un año marcado por el contraste entre la profunda crisis institucional y el sorprendente éxito deportivo. Mientras la institución se ve envuelta en un escándalo de corrupción que involucra a su ex presidente, Marcelo Moretti, y enfrenta graves problemas económicos con deudas y falta de pago a jugadores, el equipo se encuentra a dos partidos de conquistar el Torneo Apertura.
La temporada comenzó con un mercado de pases austero, reflejo de la precaria situación financiera del club. Las múltiples inhibiciones son una prueba fehaciente de la falta de recursos. A pesar de ello, jugadores como Emanuel Cecchini y Nery Domínguez, fichajes libres, y el juvenil Jaime Peralta (cuya cesión se rescindió por ausentismo), se unieron al plantel.
La escasez de recursos obligó a darle protagonismo a jóvenes talentos del club, como Orlando Gill, Daniel y Ezequiel Herrera, e Ignacio Perruzzi, quienes demostraron su valía y se convirtieron en piezas clave del equipo.
El estallido del escándalo de corrupción, revelado por el programa 'Telenueve Investiga', que mostró a Moretti recibiendo sobornos, sacudió al club hasta sus cimientos. A pesar de las negaciones del presidente, la presión social lo obligó a pedir licencia, asumiendo Julio Lopardo como presidente interino. Lopardo no dudó en criticar duramente a Moretti, exigiendo su renuncia.
En medio de esta tormenta institucional, el equipo de Miguel Ángel Russo ha cosechado grandes victorias. En la fase eliminatoria, superó a Tigre en un partido dramático (2-1) a pesar de la expulsión de un jugador, y a Argentinos Juniors en una emocionante definición por penales (1-1). Incluso, el plantel realizó una huelga por falta de pago antes del partido contra Argentinos Juniors, lo que demostró la magnitud de los problemas económicos pero que a la vez reflejó la unidad y la determinación del grupo para salir adelante.
El triunfo ante Argentinos Juniors catapultó a San Lorenzo a las semifinales, donde enfrentará a Platense. Esta clasificación es un ejemplo de resiliencia, de un equipo que, a pesar de las adversidades, se mantiene firme en su lucha por el título. La ovación de la hinchada a los jugadores, luego de haberlos despedido con insultos meses atrás, demuestra el apoyo incondicional y la admiración por la garra y entrega que han demostrado.
La clasificación de San Lorenzo a las semifinales del Torneo Apertura es mucho más que un logro deportivo; es un símbolo de resistencia, un ejemplo de superación ante una profunda crisis institucional. Mientras el futuro institucional del club permanece incierto, el equipo sigue en la lucha por un título que sería un bálsamo para una hinchada que ha vivido momentos muy difíciles.