El juicio por la muerte de Diego Maradona se encuentra en medio de una profunda crisis tras la revelación de una grabación clandestina realizada durante las audiencias. La jueza Julieta Makintach, junto a otros dos jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro, se encuentran en el centro de la polémica, enfrentando un posible juicio político impulsado por la familia del astro futbolístico. El abogado Fernando Burlando, representante legal de Dalma, Gianinna y Dieguito Fernando Maradona, anunció su intención de presentar un pedido de jury contra la jueza Makintach, a quien acusa de colaborar con la producción de un documental clandestino sobre el proceso judicial. Burlando asegura que la grabación se realizó a espaldas de las partes involucradas, violando las normas procesales y generando una profunda falta de confianza en la imparcialidad del tribunal. La denuncia también se extiende a los jueces Maximiliano Savarino y Verónica Di Tommaso, a quienes se acusa de desconocer o ignorar la situación. La investigación, llevada a cabo por las fiscales Carolina Asprella, Cecilia Chaieb y José Amallo, se centra en un video que muestra a una persona grabando en secreto dentro de la sala de audiencias. Este video, junto con otros testimonios y pruebas, evidencia la presunta complicidad de la jueza y su posible relación con una productora audiovisual. La denuncia penal contra Makintach incluye los delitos de abuso de autoridad, prevaricato, revelación de secretos, tráfico de influencias, cohecho e incumplimiento de los deberes de funcionario público. El escándalo provocó la interrupción del juicio por al menos siete días. Un cambio inusual en la presidencia del tribunal, con Savarino pasando a ser vocal y Makintach asumiendo la coordinación, ha alimentado aún más las sospechas sobre posibles maniobras para obstruir la justicia. Burlando advierte que la continuidad del juicio con estos jueces pondría en riesgo la condena a los acusados, permitiendo incluso la prescripción de la causa. La familia Maradona denuncia una “revictimización” tras este suceso. Mientras tanto, la jueza Makintach niega las acusaciones, pero María Lía Vidal Alemán, amiga de la infancia de la jueza identificada como una de las personas detrás de la grabación, presentó un descargo. En su declaración, reconoce haber grabado una entrevista “amateur” a Makintach, pero asegura que no se trataba de un documental y que la jueza le autorizó a filmar en la sala de audiencias. Esta versión, sin embargo, no ha logrado disipar las dudas sobre la gravedad del caso y el futuro del juicio, que se tambalea al borde del colapso.