El Deportivo Saprissa, un gigante del fútbol costarricense, ha caído. La eliminación en la final del torneo nacional ante Alajuelense ha dejado un vacío de frustración en la afición morada y ha desatado un debate sobre las responsabilidades del fracaso. Más allá del resultado en el campo, la debacle revela problemas estructurales que van más allá del simple desempeño del equipo en la cancha. **Horizonte Morado: ¿Una Gestión Fallida?** La administración de Horizonte Morado ha sido duramente criticada por la falta de claridad en su modelo deportivo desde el fin de su exitoso tetracampeonato. Si bien se ha defendido un enfoque en la sostenibilidad y la formación de jugadores jóvenes, los resultados deportivos recientes no justifican la inversión, dejando a los aficionados con preguntas sobre el rumbo del club. La situación económica compleja, incluyendo deudas millonarias como el pago por la transferencia de Jimmy Marín (superior a los 200 millones de colones), también pesa sobre la gestión, generando dudas sobre la inversión en fichajes y la priorización de lo financiero por sobre lo deportivo. Ejemplos como los fichajes de Sabin Merino y Eduardo Anderson ilustran los errores en la planificación. **José Giacone: Un Legado de Dudas** El exdirector técnico, José Giacone, aunque ya no está al frente del equipo, carga con una parte significativa de la responsabilidad. La conformación de la plantilla, la falta de un delantero centro natural durante gran parte del torneo, las limitaciones en la defensa central y la falta de equilibrio en el campo fueron decisiones que pasaron factura. La falta de profundidad en el plantel y el poco recambio efectivo desde el banquillo también reflejan errores en la planificación. **Sergio Gilá: El Gerente Deportivo en Silencio** El gerente deportivo, Sergio Gilá, ha permanecido en silencio, a pesar de ser uno de los nombres más señalados por la afición. Su rol en la conformación de la actual plantilla, con pocas variantes, jugadores fuera de ritmo y jugadores sacados del retiro, lo coloca en el centro de las críticas. La falta de explicaciones tras la eliminación agrava la situación y genera más incertidumbre. **Paulo César Wanchope: Autocrítica Insuficiente** Paulo Wanchope, quien asumió la dirección técnica a mitad de torneo, ha sido autocrítico tras la eliminación. Si bien logró clasificar al equipo a la segunda fase, no pudo consolidar una identidad de juego clara. La falta de volumen ofensivo, los cambios tardíos y la tibieza del equipo en partidos clave son cuestionables. Aunque su discurso refleja honestidad, su gestión también será evaluada profundamente. **Un Fracaso Compartido** La eliminación del Saprissa no es responsabilidad de un solo individuo. Es el reflejo de una estructura que no está funcionando correctamente. El club no solo perdió una serie, sino que perdió la oportunidad de oro de reafirmar su hegemonía. La institución se encuentra en una encrucijada y necesita hacer cambios profundos y valientes para superar esta crisis, o se estancará en el pasado mientras sus rivales lo superan. **El Futuro del Monstruo** La pregunta clave es: ¿qué hará la directiva para corregir el rumbo? La afición exige respuestas claras y acciones concretas para reconstruir la confianza y devolver al Saprissa al lugar que le corresponde. La próxima temporada será crucial para determinar si el club puede superar esta crisis y retomar el camino hacia la victoria.