Descubre la inesperada pasión de Mariska Hargitay, la estrella de Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales, por los New York Knicks y su adorable relación con Jalen Brunson. ¡Una historia que combina el drama televisivo con el fervor del baloncesto!
Mariska Hargitay, la icónica actriz conocida por su papel como la tenaz Olivia Benson en "Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales", ha cautivado a millones con su talento en la pantalla chica. Pero detrás de la detective implacable se esconde una apasionada fanática de los New York Knicks, un secreto a voces entre los aficionados al baloncesto y las celebridades que frecuentan el Madison Square Garden.
Su presencia en las gradas, a menudo junto a figuras como Spike Lee, ha llamado la atención de los medios y de los propios jugadores. La relación particularmente encantadora entre Hargitay y el jugador estrella Jalen Brunson ha generado titulares y miles de interacciones en redes sociales. Brunson, en varias ocasiones, ha expresado públicamente su admiración por la actriz, llegando a llamarla "mi persona favorita de todos los tiempos". Este sentimiento es mutuo, con Hargitay respondiendo con mensajes de apoyo y gestos de amistad que han conmovido a los fans.
Pero, ¿cómo surgió esta inesperada conexión entre una estrella de Hollywood y un jugador de la NBA? La historia trasciende el simple fandom. Brunson ha reconocido públicamente que creció viendo "Ley y Orden: Unidad de Víctimas Especiales", convirtiéndose en un fanático de la serie y, por ende, de Hargitay. Este vínculo común, la admiración por la actriz y la pasión compartida por el equipo, han fortalecido su relación, convirtiéndola en un ejemplo de cómo la admiración mutua puede traspasar las barreras del mundo del espectáculo y el deporte.
La presencia de Hargitay en los partidos de los Knicks no solo añade un toque de glamour al Madison Square Garden, sino que también refleja la amplia gama de personalidades que se sienten atraídas por la emoción y la intensidad del baloncesto profesional. Junto a otras celebridades que apoyan al equipo, como Timothée Chalamet y Ben Stiller, Hargitay forma parte de un selecto grupo que representa la pasión que desata el deporte en diferentes ámbitos de la sociedad.
En definitiva, la historia de Mariska Hargitay como superfanática de los Knicks es más que un simple dato curioso; es un ejemplo de la conexión inesperada entre dos mundos aparentemente distantes, el drama televisivo y la vibrante energía del baloncesto. Su afecto por el equipo y su encantadora relación con Jalen Brunson nos recuerdan que las pasiones compartidas, independientemente de las profesiones, pueden crear lazos fuertes y momentos inolvidables. Y para los fans de los Knicks, la presencia de Hargitay en las gradas es un bono extra, una muestra del carisma que trasciende la pantalla y se extiende a la cancha.