La noche del lunes en La Bombonera fue una mezcla explosiva de pasión, frustración y repudio. Boca Juniors cayó derrotado 1-0 ante Independiente, quedando eliminado del Torneo Apertura 2025 y desatando la ira de sus hinchas. El ambiente, que inicialmente prometía una tregua entre las facciones divididas de la hinchada, se convirtió en un escenario de abucheos generalizados y un claro mensaje dirigido a la dirigencia, con Juan Román Riquelme en la mira. Desde la previa, con cánticos contra Independiente y recordatorios del descenso rival, se palpaba la tensión. Sin embargo, la expectativa por un triunfo que se esfumaba lentamente se vio reflejada en la tibia respuesta del público a la mayoría de los jugadores. Solo tres nombres lograron aplausos consistentes: Milton Delgado, Milton Giménez y Miguel Merentiel, este último capitán en ausencia de Cavani y Rojo. La ovación más notable, sin embargo, fue la recibida por Ayrton Costa, quien se destacó con varias intervenciones defensivas que fueron ampliamente celebradas por la parcialidad xeneize. Por el contrario, la bronca se centró en varios jugadores. Carlos Palacios, uno de los más criticados, fue fuertemente silbado por sus errores. Tomás Belmonte también sufrió la furia de la tribuna, reflejando su baja performance y la falta de confianza del hincha. Incluso los cambios en el segundo tiempo generaron reacciones encontradas: aplausos para los ingresos de Edinson Cavani y Ander Herrera, mientras que las silbatinas cayeron sobre el sustituto de Belmonte y la salida de Palacios. El gol de Independiente marcó un punto de inflexión. El silencio inicial dio paso a un coro de reproches y reclamos. El final del partido fue una catarata de silbidos, con el cántico "que se vayan todos" resonando con fuerza. La comisión directiva, encabezada por Riquelme, no se salvó de la crítica, con insultos dirigidos a su gestión y una clara señal de que la paciencia de los hinchas se ha agotado. Incluso al retirarse del estadio, un grupo de hinchas increpó a los jugadores en el hotel, un reflejo de la indignación generalizada. El análisis post-partido indica un malestar generalizado, apuntando a una deficiente performance del equipo, la falta de un proyecto deportivo claro y la creciente presión sobre la dirigencia. El futuro inmediato de Mariano Herrón como entrenador parece incierto, con el Consejo de Fútbol en la búsqueda de un nuevo DT con miras al Mundial de Clubes. El mensaje de La Bombonera fue claro y contundente: se necesitan cambios significativos en todos los niveles de Boca Juniors para revertir esta situación crítica.