El Clásico del Astillero entre Barcelona y Emelec siempre es un evento de gran magnitud en el fútbol ecuatoriano, pero el partido correspondiente a la fecha 13 de la LigaPro 2025 adquirió una dimensión extra gracias a una sorpresiva decisión del entrenador de Barcelona: Segundo Castillo decidió incluir a Felipe Caicedo en la alineación titular. Esta decisión generó un gran revuelo, considerando que Caicedo, a sus 36 años, no había sido un jugador regular en el equipo desde su recuperación de una lesión. Tras su llegada a Barcelona en enero, luego de su paso por el Abha Club de Arabia Saudita, solo había sumado 33 minutos de juego en partidos contra Universidad Católica y Universitario de Perú. Sin embargo, Castillo vio en Caicedo un elemento clave para el partido, y sus decisiones anteriores en alineaciones similares parecen justificar su confianza. Para Castillo, Caicedo no solo aporta su experiencia goleadora (anotó contra Técnico Universitario y Orense en partidos previos donde fue titular por decisión de Castillo), sino también una presencia imponente en el área, capacidad de generar juego en los tres cuartos de cancha y una importante influencia en la motivación del equipo, especialmente de los jóvenes jugadores. Su extensa y prestigiosa trayectoria en clubes como el Inter de Milán, Lazio, Manchester City y otros, le da un peso específico que trasciende lo puramente futbolístico. Para Caicedo, jugar el Clásico del Astillero representaba cumplir un sueño, algo que añadió un componente emocional de gran importancia al encuentro. El partido en sí mismo vio a Barcelona llevarse la victoria, con un gol de Octavio Rivero y una actuación destacada de Caicedo, quien contó con oportunidades de gol. La estrategia de Castillo, aparentemente arriesgada, resultó exitosa, al menos en este partido. Pero el análisis debe ir más allá del resultado inmediato. La alineación titular de Barcelona incluyó a Caicedo junto a Rivero en la delantera, demostrando la apuesta ofensiva del entrenador. Por otro lado, Emelec, bajo la dirección de Jorge Célico, llegó al partido con una situación compleja. A pesar de salir del cuadrangular de descenso gracias a importantes victorias fuera de casa, Emelec sufría de un pobre desempeño en su estadio, el Capwell, donde acumuló derrotas y empates que los mantuvieron en una posición baja en la tabla. Esta irregularidad entre desempeño local y visitante es un punto a considerar en el análisis de la estrategia de ambos equipos. Más allá del resultado del Clásico del Astillero, la decisión de Castillo de alinear a Caicedo representa un caso de estudio fascinante sobre la gestión de talento veterano, la confianza en la experiencia y la influencia de un jugador más allá de sus estadísticas recientes. La estrategia, exitosa en este partido, podría repetirse dependiendo de las necesidades del equipo, pero seguramente generará debate entre los aficionados y analistas del fútbol ecuatoriano.