La campaña electoral en la Ciudad de Buenos Aires ha llegado a su fin, dejando al PRO, fuerza gobernante desde 2007, en un escenario de alta incertidumbre. La apuesta de la fuerza política liderada por Mauricio Macri a nivel nacional se centra en revitalizar su imagen, municipalizar el debate y presentar a su equipo como la mejor opción para gestionar la ciudad. El fracaso del proyecto de “Ficha Limpia” en el Senado, sin embargo, ha generado un giro inesperado. Si bien inicialmente se temía un impacto negativo, desde el búnker de campaña de Pro se observa un optimismo moderado. Se considera que la confrontación con el Gobierno elevó el nivel de conocimiento de Silvia Lospennato, la candidata a legisladora, alcanzando un 80% según sus propias mediciones. El evento se ha convertido, en su narrativa, en un “punto de inflexión”. La estrategia del PRO, asesorado por Antoni Gutiérrez-Rubí, se centra en el voto dual, buscando atraer tanto al núcleo duro antikirchnerista como a votantes indecisos. La falta de identificación inicial de Lospennato con la marca amarilla fue una preocupación que se intentó contrarrestar con una ofensiva para distanciar al PRO de Horacio Rodríguez Larreta, cuyo nombre genera confusión en el electorado. El cierre de campaña, marcado por la ausencia de figuras como Diego Santilli o Cristian Ritondo (señala la fractura provocada por la alianza con Milei en otros sectores), refleja la división interna del espacio. Mauricio Macri arremetió contra Larreta y Patricia Bullrich, calificándolos de “mala energía” y “mala vibra”. Desde el PRO se asume el costo de esta división y se reconoce la ventaja de Leandro Santoro del kirchnerismo. La incertidumbre reina en el búnker de campaña. Se estima que entre un 30% y un 40% del electorado aún no ha definido su voto. La participación electoral también es un factor clave, con un promedio histórico del 76% en la ciudad. El PRO confía en el peso de su aparato en las comunas del sur y centro, mientras que la principal incógnita radica en la distancia entre Lospennato y Manuel Adorni (LLA). Una mala performance de Lospennato podría agravar la pérdida de dirigentes. En el macrismo se considera que evitar un escenario catastrófico (incluso quedando terceros) sería un triunfo si Adorni no obtiene una ventaja considerable. El peor escenario es la victoria de Milei, que representaría una amenaza para el futuro del PRO en la ciudad. A pesar del panorama adverso, el PRO considera que, sin compartir listas con otros aliados, podría incrementar su número de legisladores. Macri se ha involucrado activamente en la campaña, realizando recorridas y acompañando a Lospennato en su estrategia mediática. El cierre de campaña de Adorni, con fuertes críticas de Milei hacia Macri, complica la posibilidad de una futura reconciliación entre ambos líderes. El PRO percibe nerviosismo en las filas de LLA, interpretando la fuerte campaña negativa en redes sociales como un signo de vulnerabilidad. En resumen, la elección en la Ciudad de Buenos Aires se presenta como un desafío crucial para el PRO. El resultado determinará no solo el futuro inmediato del partido en su bastión, sino también su posicionamiento de cara a las elecciones nacionales, con una Lospennato llamada a definir una era.