El clima en Boca Juniors está más caliente que nunca. Después de la bronca popular manifestada en la Bombonera tras el partido contra Lanús, donde los hinchas insultaron por primera vez a Juan Román Riquelme, aparecieron pasacalles en Casa Amarilla que desataron una verdadera tormenta interna. Las leyendas, dirigidas a Ricardo Rosica, secretario general del club, y Emiliano Algieri, dirigente a cargo de la tesorería de la Fundación Boca y del departamento de socios, expusieron una profunda grieta en la dirigencia Xeneize. Uno de los pasacalles acusaba a Rosica de "traicionar a Ameal y a Román", mientras que otro exigía la devolución de "45 palos de los hierros", una cifra que se presume se relaciona con irregularidades en obras del club. Estas acusaciones revelan una interna feroz, con un conflicto de poder que trasciende los problemas futbolísticos. Rosica, considerado la mano derecha de Riquelme, y Algieri ocupan cargos estratégicos dentro de la estructura del club. Su presunta remoción de la Fundación Boca, según versiones, por decisión de Riquelme, añade otra capa de complejidad al asunto. El viaje conjunto de ambos dirigentes a Asunción, Paraguay, para el Congreso de la FIFA, contradice las versiones de una ruptura total entre Riquelme y Rosica, generando aún más incertidumbre. La situación se enmarca en un contexto complejo para Boca. El mal rendimiento deportivo, la ausencia de títulos y la presión constante de los hinchas ya habían generado un ambiente tenso. Ahora, la crisis interna, expuesta públicamente con los pasacalles, suma un nuevo elemento a la crisis. La falta de claridad sobre la fuente de los pasacalles y el significado de la frase “45 palos de los hierros” genera especulaciones sobre la magnitud de las irregularidades denunciadas y la profundidad de la fractura interna. Las acusaciones van más allá de las figuras de Rosica y Algieri; apuntan a una posible lucha por el poder en la institución, involucrando a figuras como el expresidente Jorge Amor Ameal y, de manera implícita, al mismo Riquelme. La situación es incierta y se espera que los próximos días arrojen más luz sobre este escándalo que tiene en vilo a la hinchada Xeneize. Mientras tanto, los hinchas siguen expectantes, preguntándose cuál será el impacto de esta crisis interna en el rendimiento del equipo y en el futuro de la institución. El partido contra Independiente se aproxima y la incertidumbre reina en La Bombonera.