El programa 'Mujeres Argentinas' se encuentra en medio de una tormenta interna tras un tenso cruce entre la panelista Amalia Guiñazú y la conductora Belén Ludueña, desatado por una entrevista con el esposo de Ludueña, Jorge Macri. Acusaciones cruzadas, comentarios al aire y un clima de incomodidad marcan la crisis del programa.
El ambiente en el programa 'Mujeres Argentinas' de El Trece se ha vuelto explosivo tras un incidente que involucra a la panelista Amalia Guiñazú, la conductora Belén Ludueña y el esposo de esta última, Jorge Macri. Lo que comenzó como una entrevista política se convirtió en una batalla campal puertas adentro del estudio, con consecuencias que amenazan con fracturar el programa.
Todo comenzó durante una entrevista con Jorge Macri, donde Amalia Guiñazú realizó preguntas incisivas sobre la seguridad en la Ciudad de Buenos Aires. Las preguntas, consideradas por algunos como poco respetuosas con la figura del jefe de Gobierno porteño y el esposo de la conductora, generaron un malestar palpable en el estudio, que se trasladó rápidamente al resto del panel.
Según trascendió en 'Socios del Espectáculo', la tensión llegó a niveles tales que desde la producción del programa se estaría evaluando la continuidad de Amalia Guiñazú. Adrián Pallares, panelista del programa de espectáculos, afirmó: “Cuando arranca Puro Show, una de las placas dice ‘la panelista rebelde’. Amalia tiene todos los números para que la saquen”. Asimismo, se señala la incomodidad de la productora por la situación que atraviesa Belén Ludueña.
Marcela Tauro, otra panelista de espectáculos, agregó combustible al fuego: “Amalia es una gran periodista, hizo excelentes preguntas, pero generó una incomodidad. Sentí que no respetaba a la conductora”. Tauro también reveló una conversación con Ludueña, describiéndola como “colapsada por la campaña del marido”, asegurando que “todo fue muy desleal, que está podrida, que no puede más”.
Si bien Ludueña intentó inicialmente minimizar el conflicto, afirmando estar “feliz con su equipo”, la armonía se desplomó rápidamente. Un posterior segmento del programa, donde se discutió sobre Wanda Nara y Mauro Icardi, se convirtió en un nuevo escenario de tensiones y fricciones entre Belén y Amalia. El resto del panel pareció alinearse contra Guiñazú.
Silvia Fernández Barrios, compañera de panel, expresó contundentemente: “Tenemos una piedra en el zapato y lo tenemos que resolver. Ella tiene que entender que hay que ser más compañeras, más empáticas”. Barrios opinó que Guiñazú no logra adaptarse al rol de panelista, sugiriendo que su experiencia como conductora de noticias le dificulta integrarse al equipo de manera armónica.
Amalia Guiñazú, por su parte, se defendió con firmeza: “No voy a pedir perdón por hacer mi trabajo como lo tengo que hacer, sino estoy estafando”. Rechazó cualquier insinuación de falta de respeto hacia Ludueña y atribuyó la situación a una confusión entre “vehemencia y violencia”. Además, respondió a las críticas de Fernández Barrios, aclarando que su rol en el programa es el de panelista y no co-conductora.
El conflicto ha generado una profunda grieta en el programa, dejando en evidencia una crisis interna que promete tener consecuencias a corto plazo. La tensión entre estas dos figuras, y su impacto en el programa, se convertirá en un tema de discusión en los días venideros.