El Gran Premio de Imola 2025 marcó el regreso triunfal de Franco Colapinto a la Fórmula 1 con el equipo Alpine, reemplazando a Jack Doohan. Sin embargo, su primer entrenamiento libre estuvo lejos de ser tranquilo. Un incidente con el piloto de Red Bull Racing-Honda RBPT, Yuki Tsunoda, generó controversia y puso de manifiesto las tensiones inherentes a la alta competencia.

El incidente ocurrió durante la primera sesión de entrenamientos libres. Colapinto, a punto de entrar a boxes para cambiar neumáticos, se cruzó involuntariamente en la trayectoria de Tsunoda, impidiéndole completar una vuelta rápida. La reacción de Tsunoda fue inmediata: un gesto obsceno, un dedo levantado en señal de desaprobación, captó la atención de las cámaras y rápidamente se viralizó.

Si bien los movimientos de Colapinto fueron involuntarios, la frustración de Tsunoda es comprensible. Perder una vuelta rápida en una sesión de práctica tan crucial puede tener un impacto significativo en la configuración del coche y en la preparación para la clasificación y la carrera. La presión en la Fórmula 1 es inmensa, y cualquier obstáculo, por pequeño que parezca, puede ser la gota que rebalse el vaso.

Sin embargo, la respuesta de Tsunoda, aunque refleja la frustración del momento, no es justificable. La deportividad y el respeto entre pilotos son pilares fundamentales del deporte motor. Un gesto obsceno, por pequeño que sea, empaña la imagen del deporte y no contribuye a una competencia sana y respetuosa.

El incidente también pone de relieve las diferencias entre la experiencia y la trayectoria de ambos pilotos. Tsunoda, con 93 carreras en la Fórmula 1, tiene una trayectoria más extensa y un bagaje de situaciones tensas. Colapinto, aunque con un brillante historial en categorías inferiores, está en sus primeras carreras en la Fórmula 1 y aún está adaptándose al nivel de competencia y la presión.

Más allá del incidente, el regreso de Colapinto fue positivo. Terminó la primera práctica en la 17ª posición, un resultado respetable considerando el contexto. Su actuación, más allá del inconveniente con Tsunoda, demuestra su potencial y capacidad para competir en la máxima categoría. El Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola, donde Colapinto obtuvo victorias en Fórmula 3 y Fórmula 2, fue un escenario de buenas sensaciones. El piloto argentino se mostró controlado y enfocado en la carrera.

El episodio entre Colapinto y Tsunoda sirve como recordatorio de la importancia del fair play en el mundo del automovilismo. Si bien la presión y la competitividad son inherentes a la Fórmula 1, la deportividad y el respeto deben ser siempre los valores prevalecientes.