Ariel Staltari, un actor con un cuarto de siglo de trayectoria, vive un momento cúspide en su carrera. Su participación en la exitosa serie de Netflix, 'El Eternauta', lo ha catapultado a la fama, pero su camino no ha estado exento de desafíos. En una charla exclusiva con LA NACION, Staltari reflexiona sobre su doble rol en la serie, donde no solo actuó sino que también co-escribió el guion junto a Bruno Stagnaro. La adaptación de la novela gráfica icónica resultó un proceso arduo, lleno de incertidumbre y angustia, especialmente durante la pandemia que amenazó con detener la producción. Sin embargo, el resultado final ha superado todas las expectativas. Su colaboración con Stagnaro, una relación creativa que el actor describe como una mezcla de romance extremo y momentos de silencio, ha sido fundamental en su trayectoria. Desde 'Okupas', donde Stagnaro lo dirigió, hasta 'Un gallo para Esculapio' y 'El Eternauta', la dupla ha demostrado una química innegable. Staltari destaca la capacidad de Stagnaro para encontrarle personajes que desafían sus límites y lo hacen crecer como actor, un talento que también fue fundamental en la creación de Omar, su personaje en 'El Eternauta', un personaje que no existía en la historieta original. La serie ha generado un renovado interés en su personaje de 'Okupas', Walter, un personaje que Staltari considera que finalmente está recibiendo la justicia que merece. La comparación entre ambos roles es inevitable, y el actor se muestra agradecido por el reconocimiento que llega tras años de espera y lucha. La espera también es un reflejo de la realidad que enfrentó el actor a lo largo de su carrera. Entre proyecto y proyecto, Staltari tuvo que recurrir a otros trabajos para subsistir, desde metalúrgico hasta vendedor de Blu-rays, un aspecto poco conocido de su vida que hoy, en retrospectiva, le sirve como aprendizaje y fortaleza. Un momento bisagra en su vida fue el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda a los 25 años. Staltari describe la experiencia como un encuentro cara a cara con la muerte, una lucha que estuvo cerca de arrebatarle la vida. Su recuperación, un proceso largo y complejo, lo llevó a reflexionar sobre la importancia del equilibrio emocional y psicológico. Descubrió que la actuación se convirtió en su terapia, en una herramienta para curar las heridas del alma, para poder dar voz a sus sentimientos y sanar. El apoyo incondicional de su esposa, Gabriela, fue fundamental durante esta etapa. Un consejo vital que le ofreció en un momento de profunda frustración, cuando su carrera no parecía despegar, le dio la fuerza para persistir: “Vos naciste para esto, naciste talentoso y tarde o temprano se te va a dar. Yo te banco”. Hoy, Staltari disfruta del éxito de 'El Eternauta' y el estreno de su unipersonal 'Agotados', una adaptación de la obra de Broadway 'Fully Committed', donde interpreta a cuarenta personajes. El éxito profesional se conjuga con la felicidad personal, con el orgullo que sienten sus hijos, Valentino y Vito, al ver a su padre triunfar. El actor no oculta su deseo de expandir su escuela de actuación a Uruguay, un país que lo ha recibido con gran cariño y donde siente un profundo aprecio por su trabajo.