La ausencia de Stephen Curry ha dejado a los Golden State Warriors tambaleándose al borde del abismo en los playoffs. Si bien la victoria inicial contra los Minnesota Timberwolves ofreció un rayo de esperanza, las siguientes derrotas han expuesto la cruda realidad: los Warriors son un equipo profundamente dependiente de su superestrella. El artículo de The Ringer, "The Plight of the Steph-less Warriors", pinta un cuadro sombrío. La serie contra Minnesota ha demostrado la dificultad de los Warriors para competir sin el talento excepcional de Curry. Su ausencia ha dejado un vacío enorme en la ofensiva y la estrategia del equipo, que está diseñado en torno a su capacidad de tiro y su movilidad. Anthony Edwards, estrella de los Timberwolves, encarnó el desafío que enfrentan los Warriors. Su actuación en la victoria de Minnesota (117-110 en el Juego 4), dejó en evidencia la falta de un jugador que pueda liderar la ofensiva con la misma eficiencia que Curry. Steve Kerr, entrenador de los Warriors, reconoció con franqueza la dificultad para anotar sin Curry: "Ant se puso en marcha, ellos siguieron anotando y nosotros no pudimos hacerlo". Jimmy Butler, adquirido para complementar a Curry, ha luchado con una lesión pélvica y no ha podido cargar con el peso de la ofensiva de forma consistente. Draymond Green, sobrecargado defensivamente, ha acumulado faltas técnicas en lugar de puntos. Otros jugadores como Brandin Podziemski y Moses Moody han tenido un rendimiento muy por debajo de sus expectativas. La ausencia de Curry ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema de los Warriors. La diferencia entre mantener el ritmo del juego con Curry en el banquillo por unos minutos y llevar la batuta del partido sin él, en playoffs, es abismal. Incluso con jugadores como Butler que pueden sostener la ofensiva, es imposible replicar la creatividad y eficiencia de Curry. Jonathan Kuminga, un jugador joven con potencial, ha emergido como una pieza clave en la ausencia de Curry. Sus actuaciones destacadas en algunos partidos han demostrado su capacidad para anotar, aunque su inconsistencia y tendencia a priorizar su propio tiro sobre el juego colectivo han sido preocupantes para el cuerpo técnico. Su rendimiento inestable refleja el gran reto al que se enfrentan los Warriors: maximizar el legado de Curry mientras se prepara el futuro de la franquicia. La dependencia en Kuminga es una incógnita hasta que no se demuestre una consistencia y adaptación plena al juego colectivo de los Warriors. La lesión de Curry ha puesto de relieve la necesidad de los Warriors de construir un equipo que pueda complementar y sostener a su estrella, pero que también sea capaz de competir en su ausencia. Las decisiones de la gerencia en los próximos meses serán cruciales para determinar el futuro de la franquicia. ¿Lograrán los Warriors encontrar la fórmula para competir sin Curry? ¿El reinado de los Warriors está llegando a su fin? El tiempo lo dirá. El futuro de los Warriors es incierto, pero la serie contra los Timberwolves ha servido como una llamada de atención: sin Curry, el camino hacia la victoria es excepcionalmente difícil. La planificación y las decisiones de la gerencia serán cruciales para el éxito a corto y largo plazo.