Edelmiro Molinari, leyenda del rock argentino e integrante de Almendra y Color Humano, lanza un desgarrador pedido de ayuda económica a través de las redes sociales, revelando una dura realidad que enfrentan muchos músicos veteranos.
El silencio a veces grita más fuerte que cualquier canción. Esa es la sensación que queda tras el desgarrador mensaje que Edelmiro Molinari, uno de los pilares fundamentales del rock nacional argentino, publicó recientemente en sus redes sociales. Un mensaje que no es una simple declaración, sino un desesperado clamor por ayuda en medio de una difícil situación económica.
Con una trayectoria que se extiende a lo largo de décadas, Molinari, miembro fundador de la icónica banda Almendra junto a Luis Alberto Spinetta, y líder de Color Humano, es una figura reconocida por su talento y su innegable aporte a la historia de la música argentina. Sin embargo, la gloria del pasado no se traduce en un presente cómodo.
A sus 77 años (al momento de la publicación), Molinari revela una cruda realidad en su conmovedor texto en Instagram: vive con la jubilación mínima, complementada por las esporádicas regalías de SADAIC y contadas presentaciones. La falta de oportunidades, un sistema que percibe como injusto, y la dificultad para acceder a los circuitos más importantes de la música, lo han llevado a una situación límite: adeuda meses de alquiler y se enfrenta a la posibilidad de quedar en la calle junto a su familia.
"En julio cumplo 78 años. Estoy activo con mis sueños y mi guitarra lista para tocar. Soy uno de los ‘pioneros del rock’ y como muchos de mis compañeros, el salir a tocar parece lejano", escribe Molinari, expresando su frustración ante un sistema que, según él, prioriza otros intereses por encima del valor de los artistas veteranos. Denuncia la falta de oportunidades en los festivales, a menos que una compañía imponga su voluntad, y critica la mercantilización de la memoria, donde el reconocimiento póstumo se traduce en ganancias para otros.
Su mensaje no solo es una petición de ayuda económica, sino una crítica social a las dificultades que enfrentan los músicos en Argentina, especialmente aquellos que contribuyeron a construir la identidad musical del país. No se trata sólo de su situación personal, sino que representa el precario estado en que se encuentran muchos artistas, quienes, a pesar de su aporte cultural, carecen de una red de apoyo y seguridad social adecuada.
El mensaje, acompañado de un número telefónico para quienes deseen colaborar, rápidamente se viralizó generando una ola de apoyo y solidaridad. Sin embargo, la situación de Molinari también nos confronta con una dura pregunta: ¿qué hacemos con nuestros ídolos, con aquellos que marcaron la pauta musical de una generación, una vez que sus luces se atenúan?
El caso de Edelmiro Molinari no es una excepción. Refleja una problemática sistemática dentro de la industria musical que exige una revisión urgente de las políticas de apoyo a los artistas y la creación de mecanismos que garanticen una vida digna para aquellos que dedicaron sus vidas a enriquecer nuestra cultura.