La historia conmovedora de Zahra Wakilzada, una graduada de Georgetown que superó adversidades en Afganistán para lograr sus sueños académicos, cumpliendo así el anhelo de su madre, Fariha.
En un radiante día de mayo, en medio del bullicio de la preparación para la ceremonia de graduación en la Universidad de Georgetown, Zahra Wakilzada (SFS’23, MSFS’25) caminaba junto a su madre, Fariha, en Healy Circle. A pocos días de recibir su segundo diploma de Georgetown – una maestría en servicio exterior – Zahra estaba a punto de lograr un hito sin precedentes en su familia. Este momento, cargado de emoción y orgullo, representaba la culminación de un sueño que Fariha había acariciado desde que Zahra era una niña. Las lágrimas de alegría brotaban de los ojos de Fariha; todo el sacrificio había valido la pena. Fariha no pudo vivir su propio sueño, pero su hija sí.
Zahra creció en medio de la guerra en Herat, Afganistán. El trayecto diario a la escuela, aunque corto, era peligroso. El Talibán a menudo atacaba a las niñas en su camino a la escuela. Zahra recuerda con terror los atentados, la contaminación del agua y los ataques con ácido contra las estudiantes. A pesar del peligro, Zahra nunca dejó de ir a la escuela, impulsada por el amor y la determinación de sus padres por la educación. "Mi madre era muy firme sobre la importancia de la educación", dice Zahra. "Pero nunca nos obligaron. Fue su amor por el conocimiento lo que me llevó a la escuela cada mañana."
Fariha, quien también creció en medio de la guerra durante la invasión soviética a Afganistán, comprendía perfectamente los peligros que Zahra enfrentaba. Ella misma había vivido experiencias traumáticas, incluso presenciando la muerte de una compañera de clase a causa de los bombardeos. A pesar del terror, la determinación de sus padres la impulsó a seguir estudiando. Ese mismo espíritu, ese mismo anhelo por la educación, es lo que transmitió a sus hijas.
Zahra recuerda con admiración el trabajo de su madre, Fariha, quien obtuvo un certificado médico y trabajó con Médicos Sin Fronteras y el Consejo Noruego para Refugiados. Fariha construyó hospitales y escuelas, enseñó a las mujeres a leer y escribir, y las educó sobre sus derechos. La lucha de su madre por la igualdad atrajo la atención del Talibán, obligando a la familia a huir de Afganistán cuando Zahra tenía 12 años. En Pakistán, como refugiada, Fariha luchó por inscribir a Zahra en la escuela, a pesar de las restricciones. Zahra estudiaba por la mañana y trabajaba en una peluquería por la tarde. Además, comenzó a escribir poesía como herramienta de activismo. Dos años después, la familia huyó nuevamente, esta vez a Estados Unidos.
En Georgetown, Zahra estudió asuntos internacionales, recibió la beca Paul F. Pelosi, fue senadora del gobierno estudiantil y miembro del consejo editorial de The Hoya. Incluso ayudó a evacuar a activistas mujeres de Afganistán después de la retirada de los EE. UU. en 2021. Su experiencia de vida y pasión por hacer la diferencia la inspiraron a seguir una carrera en diplomacia. "Como mujer afgana, la educación siempre ha sido un acto de resistencia", afirma Zahra. "El Talibán puede quitarme todo, pero mi poder reside en mi educación, y eso, nunca podrán quitármelo."
Fariha, por su parte, tuvo que dejar de lado sus sueños de estudiar derecho y convertirse en abogada de derechos humanos cuando huyó de Afganistán. Tras años de trabajo duro en Estados Unidos, y motivada por los logros de su hija, Fariha regresó a la escuela y actualmente trabaja como asistente dental. "Mis hijas a menudo dicen que las inspiro, sin saber que ellas son mi fuente de inspiración", comenta Fariha.
Para Fariha, ver a Zahra en su toga de graduación es un sueño hecho realidad. Y el próximo año, su segunda hija también se graduará de Georgetown. "Entre la Clase 2025 y la Clase 2026 de Georgetown, hay dos mujeres afganas pioneras que se atrevieron a soñar, y no puedo estar más orgullosa de ellas", dice Fariha. La historia de Zahra y Fariha es un testimonio del poder de la educación, la perseverancia y el amor familiar frente a la adversidad.