El sindicato de Comercio anunció que los trabajadores recibirán el aumento salarial acordado, a pesar de que el Gobierno se negó a homologar la paritaria. La decisión genera una fuerte tensión entre el gremio, las cámaras empresariales y el Ejecutivo.
El sindicato de empleados de comercio, liderado por Armando Cavalieri, anunció que los trabajadores del sector cobrarán el aumento salarial acordado con las cámaras empresarias, a pesar de que el Gobierno nacional se negó a homologar la paritaria. Este movimiento representa un desafío directo al Ejecutivo, que argumentó dificultades para la homologación debido a “la dificultad del orden público e interés general”.
El acuerdo, alcanzado entre FAECYS (Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios) y las cámaras empresarias CAC, CAME y UDECA, establece un aumento del 5,4% en tres tramos: 1,9% en abril, 1,8% en mayo y 1,7% en junio. Además, incluye sumas fijas por un total de $115.000, a abonarse en cuotas, que se incorporarían al básico en julio. El salario básico con presentismo alcanzaría los $1.123.000.
La negativa del Gobierno a homologar la paritaria se basa en que el aumento supera la pauta salarial del 1% mensual fijada por el Ministerio de Economía. El Gobierno justificó su decisión argumentando la necesidad de cuidar el empleo y evitar obligar a las PyMEs a afrontar costos que no pueden asumir. Se planteó la convocatoria a una reunión para renegociar el acuerdo, pero la FAECYS afirmó que los supermercados y comercios se comprometieron a pagar los incrementos durante la semana, gracias a un diálogo responsable con las cámaras empresarias.
El sindicato hizo hincapié en la cláusula décima del acuerdo, que garantiza la validez y aplicación del mismo incluso sin la homologación inmediata. Esta cláusula estipula que, ante la falta de homologación y el vencimiento de los plazos de pago, los empleadores abonarán las sumas acordadas con la mención “pago anticipado a cuenta del Acuerdo Colectivo Abril 2025”, para ser compensado una vez homologado el acuerdo. La decisión de FAECYS ha sido interpretada como una demostración de fuerza y un desafío a las políticas económicas del Gobierno.
La postura del Gobierno generó críticas por parte de Cavalieri, quien cuestionó la política salarial del Ejecutivo y la viabilidad de imponer un techo a las paritarias en un contexto inflacionario. Desde las cámaras empresarias, se expresaron ciertas reservas, aclarando que el pago se realiza como un adelanto a cuenta, sin reconocer la paritaria en su totalidad hasta su eventual homologación o renegociación.
El conflicto pone de manifiesto la tensión entre el Gobierno y los sindicatos en materia de negociaciones salariales, en un contexto de alta inflación y presiones para contener el aumento de precios. El desenlace de esta situación, y si se concreta la reunión propuesta por el Gobierno, será crucial para definir la dinámica de las futuras negociaciones paritarias y la relación entre el Ejecutivo y los gremios.