Natalia Oreiro, la reconocida actriz uruguaya, se vio envuelta en una polémica tras negarse a tomarse una foto con una fan durante un paseo familiar en San Telmo. El video del incidente se volvió viral, generando una ola de críticas y comentarios en las redes sociales. Sin embargo, Oreiro no se quedó callada y ofreció su propia versión de los hechos a través de un video publicado en sus redes sociales. En su descargo, la actriz explicó que, si bien suele ser accesible con sus fanáticos y se toma fotos amablemente, la situación en San Telmo fue diferente. Señaló que una persona comenzó a filmarla de cerca sin permiso, invadiendo su privacidad y la de su hijo Merlín Atahualpa, de 12 años, quien se sintió incómodo y asustado por la cercanía de la cámara y la multitud que se fue formando. Oreiro enfatizó que la prioridad es la seguridad y bienestar de su hijo, un menor que no ha elegido estar bajo el escrutinio público. Argumentó su negativa como la necesidad de proteger a su familia y establecer un límite en la interacción con los fans, afirmando que esto no significa una falta de agradecimiento por el apoyo que recibe de su público. La actriz recalcó su derecho a rechazar solicitudes de fotos, independientemente de su fama y popularidad, y expresó su deseo de poder disfrutar de momentos familiares en la privacidad, sin ser invadida. Si bien lamentó la controversia, Oreiro defendió su posición y enfatizó la importancia del respeto hacia la decisión individual de establecer límites personales. En medio de las críticas, Facundo Arana, amigo cercano de Oreiro y compañero en icónicas telenovelas como "Muñeca Brava" y "Sos mi vida", salió en su defensa. A través de sus redes sociales, el actor expresó su apoyo incondicional a Oreiro, destacando su generosidad y cercanía con el público, mientras la defendía por priorizar el bienestar de su hijo. Arana elogió a Oreiro por su carácter y por actuar como una "leona" protectora de su familia. La situación ha generado un amplio debate en torno a la privacidad de las celebridades y la interacción con los fans, planteando preguntas sobre los límites entre la admiración y el respeto por la vida privada de las personas públicas y sus familias.