La entidad militar encargada de la alimentación de sus efectivos parece haber desestimado a proveedores locales que ofrecían un menú con platillos tradicionales de la gastronomía peruana a precios más asequibles. Un acto que genera críticas y cuestionamientos en la comunidad.
En una reciente licitación para la provisión de comida, la entidad castrense optó por un proveedor que no ofrecía platillos tradicionales de la gastronomía peruana, a pesar de que existían otras opciones locales que sí lo hacían. Además, estos proveedores locales ofrecían precios más bajos y competitivos, lo que sorprende aún más la decisión tomada.
La gastronomía peruana es reconocida a nivel mundial por su variedad y deliciosos sabores. Sus platillos típicos como el ceviche, el lomo saltado y el ají de gallina reflejan la riqueza culinaria del país. Por eso, resulta extraño que la entidad militar no haya considerado esta opción para alimentar a sus efectivos.
La decisión de ignorar a proveedores locales que ofrecían comida peruana a precios más bajos no solo es un desacierto desde el punto de vista gastronómico, sino también desde el punto de vista económico. Contratar a proveedores extranjeros implica un gasto mayor en importación de ingredientes y también en concepto de transporte y logística.
Además, esta elección deja de lado la oportunidad de apoyar a los emprendedores locales, que a través de sus negocios de comida peruana generan empleo y contribuyen al desarrollo económico del país. Es importante fomentar el consumo local y valorar la riqueza culinaria propia.
La comunidad ha expresado su descontento ante esta situación, cuestionando la falta de transparencia y objetividad en la toma de decisiones de la entidad militar. Se espera que se realicen las investigaciones correspondientes y se rectifique esta elección errónea en futuras licitaciones.
En conclusión, la entidad militar ha ignorado a proveedores locales de comida peruana, optando por una opción extranjera de menor calidad gastronómica y a un mayor precio. Esta decisión genera críticas y malestar en la comunidad, que exige transparencia y objetividad en las licitaciones. Es necesario valorar y apoyar la gastronomía local, promoviendo el consumo de productos nacionales y el desarrollo económico del país.