La escalada de la tensión entre India y Pakistán ha alcanzado un punto crítico tras los bombardeos indios reportados el 6 de mayo de 2025. El Ejército paquistaní confirmó la muerte de al menos ocho civiles y 35 heridos como consecuencia de los ataques, que según Islamabad, alcanzaron seis lugares diferentes. El director general del servicio de medios del Ejército paquistaní, Ahmed Sharif Chaudhry, denunció un total de 24 ataques en una rueda de prensa, detallando también la desaparición de dos personas. Esta acción militar, calificada como "un acto de guerra" por el gobierno paquistaní, ha desatado una ola de consternación internacional. Pakistán ha presentado una denuncia formal ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, defendiendo su derecho a responder a lo que considera una agresión inaceptable. El Ministerio de Exteriores paquistaní condenó la acción de la India, tildándola de violación flagrante de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional. India, por su parte, justificó los bombardeos como ataques contra "sitios terroristas" y aseguró que las acciones fueron "focalizadas, medidas y de naturaleza no escalatoria", negando haber atacado instalaciones militares pakistaníes. Sin embargo, esta afirmación ha sido rechazada por Pakistán, que insiste en que los ataques alcanzaron objetivos civiles en zonas como Cachemira y Punjab. La respuesta internacional ha sido inmediata. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, expresó su preocupación y urgió a la máxima moderación por parte de ambos países. Estados Unidos, manteniendo sus estrechas relaciones con India, ha pedido a ambas naciones una solución responsable a la crisis, mientras la comunidad internacional observa con aprensión la peligrosa escalada bélica entre dos potencias nucleares. Este incidente se produce en el contexto de crecientes tensiones entre ambos países, exacerbadas por un ataque anterior contra turistas en la parte de Cachemira controlada por India, por el cual India culpa a Pakistán. La situación se agrava aún más por la suspensión de la participación de India en un tratado bilateral para compartir recursos hídricos, una medida considerada una respuesta a los eventos previos. La incertidumbre reina en la región. La amenaza de una escalada mayor es palpable, y la comunidad internacional apela a la sensatez de ambos gobiernos para evitar un conflicto de mayores proporciones con consecuencias impredecibles para la estabilidad regional y global. La situación se mantiene tensa, y los próximos días serán cruciales para determinar el rumbo de este conflicto.