Los trabajadores siderúrgicos argentinos enfrentan una dura batalla por la recomposición salarial, reflejando la crisis económica y el modelo de desindustrialización que impacta en los ingresos de la clase trabajadora. El conflicto en Acindar y la convocatoria a un paro nacional de la UOM exponen la precarización laboral y la necesidad de una urgente respuesta política.
La Cámara Argentina del Acero (CAA), liderada por Techint y Acindar ArcelorMittal, propone un ajuste salarial a los obreros como solución a la caída de la producción. Esta propuesta, que prioriza la conservación del empleo sobre la actualización salarial, ha generado un fuerte rechazo entre los trabajadores, quienes se encuentran en lucha activa.
En Villa Constitución, los trabajadores de Acindar iniciaron un paro por tiempo indeterminado, instalando una carpa en la planta y reclamando un aumento salarial que contemple la inflación, según el IPC. Pablo González, delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Villa Constitución, explica que la rama siderúrgica (rama 21) lleva diez meses sin actualización salarial, mientras que otras ramas ya han cerrado dos acuerdos del 27%. Acindar ofreció un pago único basado en los porcentajes de la rama 17 (metalmecánica), pero la UOM rechazó la propuesta, exigiendo un pago que incluya el IPC del 31,43% desde julio de 2024 hasta marzo de 2025, más un adicional a partir de abril.
Los salarios más bajos en Acindar Villa Constitución llegaban a 1.500.000 pesos en julio de 2024. La UOM busca una actualización que, incorporando el IPC, eleve el salario promedio a casi 2.000.000 de pesos, sin contar los adicionales por turnos. Este reclamo ha llevado a la UOM a nivel nacional a convocar a un paro para el miércoles 7 de mayo, incluyendo metalmecánica, metalúrgica y siderúrgica, debido a las negociaciones estancadas con el sector siderúrgico y la rama 17.
Fabián Gigli, secretario de prensa de la UOM San Nicolás-Ramallo, señala que la medida se enmarca en el plan de lucha aprobado en el congreso nacional de delegados en Mar del Plata, que incluye paros de 24, 48 y 72 horas. La conciliación obligatoria por parte del Ministerio de Trabajo podría intervenir, pero las negociaciones entre las cámaras empresarias y los dos sectores (rama 17 y 21) siguen estancadas. La CAA busca aprovechar la caída de la producción para imponer un ajuste salarial, mientras que los trabajadores luchan por salarios dignos. El conflicto expone el modelo de desindustrialización y sus consecuencias en la precarización laboral, afectando no solo a los trabajadores industriales sino a toda la clase trabajadora formal e informal. Disciplinar a la clase trabajadora mediante el ajuste salarial se presenta como la única forma de que el actual gobierno funcione, según el análisis del artículo, con aliados como Paolo Rocca y ArcelorMittal. La lucha de los trabajadores siderúrgicos se convierte en un símbolo de la resistencia contra este modelo.